El millonario ingeniero portugués de 56 años acusado de intentar matar a su mujer, de 25, golpeándola con una maza de cantero en la habitación de un hotel de Vigo sigue hospitalizado por el infarto que sufrió tras el episodio violento del lunes. La prórroga de la orden de detención dictada expira este sábado. Si hoy no recibe el alta y no puede declarar ante la juez de Violencia sobre la Mujer, podría hacerlo el fin de semana ante la juez de guardia si mejora su estado de salud.

El juzgado estima que hay suficientes indicios para imputarle delito de tentativa de asesinato, si bien mientras no se produzca su comparecencia judicial no se podrá decidir sobre si ingresa o no en prisión provisional ni sobre la orden de protección solicitada por la víctima. Mientras la Policía Nacional continúa con las investigaciones para esclarecer cómo y quién llevó la habitación la cinta de embalar y la maza de cantero que se intervinieron en la habitación.