GALERÍA | Marino Giménez, detenido esta mañana en Tomiño. // Adrián Irago

Las fuerzas de seguridad desarrollaron ayer la segunda fase de la Operación Vida contra el clan de Los Morones, situados en el epicentro de las tensiones y reyertas que sacuden a los vendedores ambulantes de etnia gitana desde hace meses en la provincia de Pontevedra con un tiroteo en el que resultó herido un gitano zamorano en la VG-20 de Vigo el pasado mes de octubre. Marino Giménez, hermano del líder del clan, Sinaí, e hijo de Olegario, autoproclamado rey de los gitanos gallegos, fue detenido con su pareja en casa de su madre, Flora Jiménez, también implicada en la supuesta trama de extorsión a vendedores ambulantes.

El operativo comenzó en la vivienda materna de As Roteas en Tomiño sobre las 8.30 horas. Las fuerzas de seguridad blindaron la zona de forma similar a la que hace 15 días llevó al arresto de otras diez personas entre las que figuran los padres de Marino, varios de sus hermanos y algunos de los lugartenientes de Sinaí en la Sociedad Gitana por presuntos delitos de organización criminal, amenazas, asociación criminal, blanqueo de capitales y fraude a la Seguridad Social.

Desde allí, fuertemente escoltados, se trasladó a los dos detenidos a la parroquia de A Pedra, en el mismo municipio, para registrar el chalé de Marino, para lo que se contó con la participaron de unidades de élite policial y ayuda de perros especializados. En el registro los agentes se hicieron con diversa documentación, si bien no se esperaba encontrar nada importante dados los quince días transcurridos desde el operativo principal, en el que ya figuraba el registro de esta vivienda aunque no llegó a realizarse.

Tres horas después la pareja arrestada era trasladada a dependencias de la Guardia Civil en Pontevedra y mañana pasarán a disposición del Juzgado de Instrucción 3 de Cangas, que mantiene la causa secreta. Tras su comparecencia, el juez determinará si Marino ingresa en prisión como sus hermanos varones Sinaí, Saúl y Juan Paulo, y al igual que padre -que sigue en el ala penitenciaria del Hospital de Pontevedra- o bien queda en libertad, como ocurrió con las mujeres de la familia y los supuestos testaferros. El juzgado de Cangas blindarán hoy tanto su interior como la zona exterior para evitar posibles altercados.

VÍDEO | La Guardia Civil y la Policía Nacional registran el chalé de Marino Giménez en A Pedra. // Adrián Irago

La defensa de Marino ha sido asumida por el mediático penalista madrileño Marcos García Montes, que lleva también a sus hermanos Saúl y Juan Paulo. Las defensas de todos ellos han solicitado ya en apelación su puesta en libertad. En el caso de Olegario se esgrimen además sus problemas de salud, por lo que se solicita que se le conceda un arresto domiciliario.

En el entorno del clan no entienden la detención de Marino Giménez ahora y menos el gran operativo policial. Recuerdan que va todos los lunes a los juzgados de Vigo a firmar, pues está en libertad provisional a la espera de un juicio por tráfico de drogas en el que se enfrenta a 12 años de cárcel y multa de 170.000 euros como presunto cabecilla de una organización que iba a robar droga a dos narcos de Arousa. Con él compartirán banquillo, entre otros, un guardia civil acusado de montar un control falso, de uniforme y con el coche patrulla, para robar el alijo. La Udyco de la Policía Nacional frustró el asalto en Mos y detuvo a los implicados.