Sinaí Giménez nació en el barrio vigués de Teis. Su padre, Olegario, hijo del patriarca de los gitanos de Vigo, con los años heredó este cargo y después se autodenominó "rey de los gitanos". Por eso el más mediático de sus hijos pasó a ser "príncipe" gitano. Siempre vinculados a la venta ambulante, residieron durante años en un gran chalé en A Guía, pero después se trasladaron a Tomiño. En la ciudad olívica todavía se recuerda a Olegario montado a caballo arrastrando una litera tras ser contratado por el cine Fraga para promocionar la película "Le llamaban Trinidad".

El más conocido de Los Morones, Sinaí, se presentó como alcaldable con partido propio en las últimas elecciones municipales de Vigo y se publicitaba como el "Obama" gallego. Ayer, en su Facebook, alguien colgó en su foto de perfil su imagen de ayer detenido, custodiado y haciendo la señal de la victoria con un nuevo eslogan: el "Mandela" gallego. Acusado junto a su familia más directa de extorsión a los vendedores ambulantes, su control de los mercadillos de Pontevedra le ha puesto a disposición de la justicia. Pero este escenario no es nuevo para la familia. En 2007 Olegario y su hijo Sinaí fueron condenados en Pontevedra por una agresión al portavoz de los vendedores ambulantes autónomos, sentencia que la Audiencia sin embargo revocó.

Al frente de la Sociedad Gitana Gallega y otros colectivos se ha entrevistado con dirigentes de la Xunta y de más administraciones, incluido el anterior fiscal jefe de Galicia, Carlos Varela, que medió para que regresaran los 400 zamoranos "desterrados" por un conflicto con Los Morones.

Otros hermanos de Sinaí han pasado también por los juzgados. Marino está pendiente de juicio por tráfico de drogas y con él compartirá banquillo un guardia civil implicado en la trama. Los Morones siempre contratan a abogados mediáticos. El último fichaje fue José Luis Gutiérrez Aranguren y antes tuvieron a Marcos García Montes y a Cándido Conde Pumpido junior.