Sinaí Giménez y los otros diez detenidos del clan de Los Morones por presunta extorsión a vendedores ambulantes, pasarán a disposición judicial a primeras horas de esta mañana. Por eso, el juzgado de Cangas ha decidido blindar su seguridad. Tras anularse todos los juicios previstos para hoy, un amplio operativo policial custodiará las dependencias y vigilará su exterior como prevención ante cualquier incidencia.

La zona arbolada estará vigilada por las fuerzas de seguridad que cortarán el acceso rodado a las dependencias judiciales.

Los once investigados serán trasladados, de uno en uno para garantizar que no puedan hablar entre ellos, para cumplir la orden de incomunicación dictada por el juez desde las comandancias de la Guardia Civil de Pontevedra y Vigo, y desde la comisaría viguesa.

La reacción a las detenciones de la familia Giménez Giménez no se ha hecho esperar entre los vendedores ambulantes. El mercadillo de Tomiño, habitualmente lleno de puestos estaba ayer casi vacío. La operación policial contra Los Morones se hizo notar. Los zamoranos, principales víctimas de las supuestas extorsiones, optaron por no acudir a la feria. Se mantienen expectantes a la espera del recorrido que puedan tener las detenciones de la cúpula del clan rival. Temen que puedan quedar en libertad condicional tras declarar ante el juez, por lo que existe cautela y hasta temor a posibles represalias.

Hasta ahora el enfrentamiento entre los dos clanes se había resuelto entre ellos y en base a la ley gitana, nada amiga de judicializar los casos, aunque fueron precisamente Sinaí Giménez y su familia quienes acudieron a la Fiscalía de Vigo a denunciar otros hechos que atribuyeron al clan de Los Zamoranos, si bien no tuvieron el recorrido judicial pretendido.