Una operación dirigida por un juzgado de Ribeira (A Coruña) y que se inició con la investigación a un grupo de narcos afincados en Galicia ha derivado en la desarticulación de una red que tenía como objetivo la introducción de grandes cantidades de cocaína en España.

Agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil desmantelaron, con la detención de trece personas, esta organización de presuntos narcotraficantes que introducía droga en España por vía marítima, a bordo de embarcaciones tipo velero, y requisaron armas, munición y un alijo de 115 kilos de cocaína.

Según informó ayer la Dirección General de la Policía, la organización camuflaba los estupefacientes en el interior de bombonas de gas y de baterías eléctricas con el objetivo de trasladar la sustancia ilegal procedente de Sudamérica.

La investigación, dirigida por el Juzgado de Instrucción número tres de Ribeira, se inició en octubre de 2014 por parte de la Policía Nacional al tener conocimiento de que un grupo afincado en Galicia tenía como objetivo la introducir droga en el país.

Las primeras pesquisas hicieron pensar a los agentes que los narcotraficantes pensaban introducir la cocaína por vía marítima, utilizando para ello embarcaciones recreativas tipo velero.

Según avanzó la investigación se pudo determinar que la organización tenía ramificaciones en otras partes del territorio nacional, como las Islas Canarias, País Vasco y Madrid, así como a nivel internacional en Cuba, Grenada o Bonaire.

Las investigaciones se centraron desde su inicio en las actividades del líder de la organización, asentado en la isla de Gran Canaria, el cual se dedicaba a la introducción y distribución de grandes partidas de cocaína procedentes de Sudamérica, a donde viajó personalmente para acordar la adquisición de la droga y encargarse de proporcionar la logística necesaria para su organización.

Para ello adquirió en las Islas Canarias diversas embarcaciones tipo velero, las cuales, una vez modificadas por otros miembros de la organización, eran conducidas hasta el mar Caribe, donde se aprovisionaban de la cocaína y regresaban a costas españolas.

Además de importantes medidas de seguridad, la organización utilizaba alta tecnología en las comunicaciones e inspecciones periódicas que realizaban a las embarcaciones para la búsqueda de dispositivos de geolocalización.

A mediados de diciembre de 2015 se localizó una de las embarcaciones a mil millas al sur de las Azores con 115 kilos de cocaína perfectamente camuflados. Posteriormente a la detención del patrón de la embarcación, se produjeron otras doce detenciones.