"Para mí era una persona maravillosa y lo único que quiero ahora es que descanse en paz, ya bastante sufrió". Estas palabras las pronuncia la mujer de 52 años que desde Tenerife, donde vive, telefoneó este miércoles preocupada a la Policía Local de Vigo ya que, desde el 25 de marzo, no lograba contactar con José Ángel, al que había conocido en Facebook. Debido a esta llamada este vigués fue hallado muerto en su vivienda, rodeado de basura, ya que sufría el síndrome de Diógenes.

Solitario y sin relación con sus vecinos en la vida real, en Facebook tenía más de 3.500 amistades. Una era esta tinerfeña, que prefiere no dar su nombre para proteger su identidad. Ella desconocía que José Ángel acumulase desperdicios en su casa. Se niega a creerlo:"No sabía que tenía ese montón de cosas, nunca lo hubiera imaginado, me da pena haber estado lejos y no poder ayudarlo a superar el problema".

Conoció a este vigués ya que él le pidió amistad en Facebook en septiembre, hace siete meses, y pronto se intercambiaron teléfonos y empezaron a conversar y a mandarse wassaps a diario. "No lo conocía personalmente; pero me gustaba hablar con él, era inteligente, sabía de leyes, de política, estaba informado... Y tenía humor, pese a que estaba en el paro, sin ingresos... En octubre iba a pedir la ayuda de 400 euros", dice.

Ella misma le envió paquetes con ropa, comida y dinero. "Él me contaba que no tenía luz, ni agua potable, que vivía sin dinero, que iba al comedor social, a las monjas, que le ayudaban en Cáritas, le lavaba la ropa una amiga de su madre... Y que recogía muebles que protegía con plásticos porque quería pintar y arreglar su casa... Eso me decía. Yo no sabía nada de la basura", repite, lamentando que instituciones "ni nadie a su alrededor" lo "hubiesen cuidado".

El pasado 25 de marzo fue la última vez que habló con él. Al día siguiente, al no tener noticias suyas, empezó a preocuparse. No era normal. "Puse mensajes en Facebook por si alguien de Vigo lo había visto, él tenía dos teléfonos móviles y se los cargué desde aquí con 10 euros por si el problema era que no tenía dinero para hacerlo él, llamé a la parroquia ahí en Alcabre...Y nada. Y ya este miércoles, temiendo lo peor, telefoneé a la Policía de ahí", explica esta mujer, que cuenta que le había pedido varias veces a José Ángel que se fuese a vivir a Tenerife. "Aquí tenía casa y comida; pero él no quería dejar su vivienda, era una herencia", dice. "La sociedad debe ser solidaria, ayudar a estas personas; por desgracia, habrá más como él".

Mientras, nadie reclamó por ahora el cadáver del fallecido. La Policía trata de hallar a algún familiar.