El pasado fin de semana dos jóvenes torturaron hasta la muerte a otro chico, de 23 años, en Roma, simplemente para "ver qué se sentía". Así lo reconoció uno de los autores del macabro crimen, Manuel Foffo, hijo de un importante empresario.

La víctima es Luca Varani, de origen yugoslavo y adoptado por una familia italiana. El cuerpo sin vida apareció en el piso de Foffo. El cadáver estaba desnudo, tenía cortes por todo el cuerpo, señales en el cuello de estrangulamiento y fuertes golpes en la cabeza que le habían hundido el cráneo.

La policía italiana apunta a Manuel Foffo y Marc Prato, de familias acomodadas, como los dos presuntos asesinos, ambos detenidos. Están acusados de homicidio premeditado, con agravante de crueldad y tortura, por lo que podrían enfrentarse a una cadena perpetua.

Foffo admitió que tanto él como Prato salieron en busca de una víctima con el fin de torturarla y matarla, para "ver qué se sentía" al cometer esos crímenes, "qué efectos tenían". Ambos administraron a Varani alguna bebida o estupefaciente que le dejó aturdido, de aquí que los vecinos no oyeran ningún grito o pelea durante la noche de los hechos.

Uno de los autores, Marc Prato, intentó suicidarse tras el macabro crimn, pero los carabinieri le encontraron en un hostal de la ciudad, con una gran cantidad de barbitúricos y alcohol en sus venas y le detuvieron.