El Juzgado de Instrucción 3 de Cangas inició ayer la ronda de interrogatorios a los investigados por la reyerta que tuvo lugar en el mercadillo de Cangas el 16 de octubre del pasado año debido al conflicto entre ambulantes gitanos gallegos y zamoranos. El primero en declarar fue Sinaí Giménez, autodenominado príncipe de los gitanos gallegos y del clan de los Morones. Compareció como investigado en la causa tras un parte de lesiones realizado en el Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo a un gitano zamorano que fue asistido con un golpe en la cabeza que le produjo una fractura y que estuvo tres días ingresado.
Sinaí dijo ante el juez que fueron los Morones los que dos días después de los hechos del mercadillo de Cangas presentaron denuncia en el juzgado de Vigo por ser víctimas, alegó, "de agresiones brutales por parte de un grupo organizado de más de 150 personas, todos ellos zamoranos". Afirmó que, como mucho, en el mercadillo de Cangas solo tienen licencia para instalar puesto 30 y que los demás fueron ese día por primera vez. Manifestó también que "la intención de este grupo organizado era matar literalmente a la persona que días antes en el juzgado de Vigo, concretamente en la Fiscalía, denunció la venta de niños robados y la violación de una niña de 15 años, gitana zamorana de Porriño". Giménez dijo en su momento que la persona que había presentado la citada denuncia había sido su madre, Flora Gabarri.
Giménez, a preguntas de los abogados, reconoció que tiene un puesto en el mercadillo de Cangas y que lo separa un metro del de un zamorano. Manifestó que no se movió de su puesto y que todas las personas que fueron a agredirlos lo hicieron con barras de hierro. Dijo que él y su madre resultaron heridos. Por estos hechos que investiga el juzgado cangués hay 9 investigados del clan de los Morones y los zamoranos. Tras la comparecencia de Sinaí, el resto de personas declararán en próximas fechas.
