El Juzgado de Instrucción 3 de Ourense acogió ayer un juicio por presunto trato vejatorio contra el jefe de la unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional que dirigió la "operación Zamburiña" contra el tráfico de drogas en la que resultaron detenidos dos miembros del grupo de estupefacientes de la Comisaría y que investiga también la desaparición de varias armas de fuego en las instalaciones policiales. Una agente antidroga, que también era investigada por Asuntos Internos, le denunció por maltrato de obra y asegura que la golpeó en el pecho. El fiscal no acusa al no considerar probada dicha agresión pues las cámaras de la comisaría recogen el momento en que el acusado se acercó a ella pero no se ve golpe alguno, por lo que pidió sus absolución.

El jefe policial si admitió en la vista su enfado y que se dirigió a ella en "tono severo" cuando comprobó que la agente de policía se encontraba en el pasillo de los calabozos hablando con los dos compañeros de su unidad que acababan de ser detenidos y estaban incomunicados. El letrado del Sindicato Unificado de Policía, SUP, que representa a la agente solicitó una condena de dos meses de multa a razón de 6 euros diarios.

La defensa del inspector que pidió su absolución, solicitó que se le carguen a la denunciante las costas procesales y una multa por "mala fe", ya que considera que se trata de una denuncia "instrumental para desvirtuar" las investigaciones de la "operación Zamburiña".

El letrado del SUP solicitó la recusación de la fiscal, por ser la misma que participa en la instrucción de la operación antidroga dirigida por el denunciado y en la que la denunciante es investigada, pero después de un receso la juez desestimó su petición.

La denunciante manifestó que vio a través de las cámaras de vigilancia interna que sus compañeros ingresaban en los calabozos y se acercó para interesarse por su estado. "No sabía que estaba incumpliendo el protocolo, ni que estaban incomunicados", explicó la agente que tampoco sabía que ella era investigada.