Doce detenidos de entre 17 y 25 años de edad, entre ellos tres menores, en diez domicilios de Vigo. Es el balance de la macrooperación que la Guardia Civil desplegó ayer en el centro de la ciudad para poner freno a la creciente violencia juvenil que cada fin de semana pone en jaque al municipio pontevedrés de Nigrán. Una redada que ha logrado desbaratar la banda organizada a la que los agentes seguían la pista desde hace meses por promover supuestamente decenas de peleas en el entorno de una discoteca ubicada en pleno casco urbano de A Ramallosa. A sus presuntos miembros se les acusa en conjunto de pertenencia a grupo criminal. De manera individual, algunos están imputados por delitos contra la integridad física como lesiones, robos, desórdenes públicos y desobediencia a la autoridad.

El puesto principal de la Guardia Civil de Nigrán-Baiona dirige la investigación que ha dado lugar a los arrestos. Las trifulcas se suceden en la zona desde hace años, pero desde 2015 han cobrado mayor frecuencia y virulencia. De ahí que los efectivos pusiesen en marcha la llamada "Operación Chuki", que recibe el nombre de un conocido grupo delictivo juvenil de origen latino de similar grafía. De hecho, las primeras hipótesis no descartan que algunos de los jóvenes estén integrados en diversas formaciones de este tipo. La mitad de ellos son naturales de Vigo y los demás proceden de países sudamericanos como Brasil, Bolivia, Uruguay, Ecuador o Colombia. Todos disponen de antecedentes penales.

La última gran reyerta que protagonizaron presuntamente los arrestados tuvo lugar la madrugada del pasado domingo y acabó con cinco personas atendidas en servicios de urgencias por variadas contusiones, incluso roturas de tabique nasal.

Esta última trifulca desencadenó la gran redada de ayer, en la que intervinieron medio centenar de guardias civiles. El operativo arrancó a las siete de la madrugada con detenciones y registros domiciliarios en busca de datos sobre la presunta afiliación de los jóvenes a bandas violentas y acerca de las conexiones que mantenían a través de las redes sociales para organizar las quedadas.

Todos fueron trasladados al cuartel de la Guardia Civil de Vigo, donde prestaron declaración. Los menores quedaron bajo la custodia de sus padres y las diligencias abiertas contra ellos fueron trasladadas a la Fiscalía de Menores de la ciudad. Al cierre de esta edición, estaba previsto que algunos de los mayores de edad quedasen en libertad con cargos y los considerados cabecillas pernoctasen en los calabozos a la espera de pasar hoy a disposición del Juzgado de Instrucción Número 5 de Vigo.