Seis días de navegación con un rumbo invariable hacia la costa francesa. Una larga travesía a la deriva en un escenario de condiciones meteorológicas y marítimas adversas que comenzaba el martes frente a Cabo Ortegal y que ayer, a apenas 90 kilómetros de distancia de la bahía gala de Arcachón, realizaba a una velocidad ligeramente superior a los dos nudos. El Modern Express, el carguero panameño que hace ya casi una semana sufrió una pronunciada escora frente a Galicia debido a un desplazamiento de su carga, afronta hoy su día clave. El objetivo principal de las autoridades galas sigue siendo tratar de remolcarlo. El responsable de la Prefectura Marítima del Atlántico, Emmanuel de Oliveira, anunciaba ayer que, ante la previsión de que mejoren las condiciones climáticas, los expertos de la compañía Smit Salvage tratarán de enderezarlo hoy mismo en un último intento: de lograrlo, el buque será "probablemente" trasladado a un "puerto refugio" en la costa norte española. "Vamos a intentarlo todo hasta el último momento, pero nuestra prioridad es que no haya muertos en la operación", afirmó el portavoz. Por ello, si este plan no es posible, el carguero acabará encallando, con toda probabilidad en la costa arenosa de Las Landas, en el país galo. De llegarse a este escenario, garantizan, habrá todo un operativo en torno al carguero.

Por lo de pronto, no se teme "una marea negra". "Esto no tiene nada que ver con el Prestige", dijo Oliveira en referencia a la catástrofe medioambiental de 2002 en las costas gallegas. Aquel petrolero transportaba 77.000 toneladas de fuel y el Modern Express, precisan, 300. El resto de su carga son 3.600 toneladas de madera y maquinaria de obra pública. Las autoridades galas creen que el casco y los depósitos de combustible del mercante están intactos. En todo caso, ante un escenario de encallamiento, se tomarán medidas para la contención de posibles fugas.

Además de los expertos de Smit Salvage, los medios en torno al carguero eran ayer los remolcadores españoles Centaurus y Ría de Vigo, la fragata francesa Primauguet y el remolcador galo l'Abeille Bourbon, además de un helicóptero. Si el plan de llevarlo a un puerto español falla, escoltarán al Modern Express hasta que embarranque en Francia.

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