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La problemática de la violencia machista

La juez de Vigo envía a tres mujeres con sus hijos fuera de Galicia para protegerlas de sus maltratadores

La magistrada adoptó esta medida de máxima protección, tanto para las víctimas como para sus hijos, con el objetivo de alejarlas de sus maltratadores -Suelen vivir en centros

La violencia machista es una problemática diaria. Los casi 1.100 asuntos penales, prácticamente tres por jornada, registrados a lo largo del pasado año en el Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Vigo evidencian esta dura realidad. Las más de 300 mujeres residentes en la ciudad olívica que a finales de ese 2015 contaban con órdenes que prohíben a sus parejas o exparejas comunicarse con ellas es otra cifra que denota la gravedad del maltrato. Sin embargo hay ocasiones en las que incluso estas medidas de alejamiento resultan del todo insuficientes para proteger a las víctimas. Cuando el riesgo es extremo se suele establecer una vigilancia permanente de las perjudicadas por parte de agentes policiales, pero en ocasiones más excepcionales el peligro recomienda incluso mayor protección. Y esa es la decisión que adoptó la juez viguesa en el caso de tres mujeres, a las que tuvo que evacuar fuera de la comunidad gallega, acompañadas de sus hijos menores: las medidas relativas a todas ellas se adoptaron durante el segundo semestre de 2015 y las víctimas siguen en la actualidad residiendo a muchos kilómetros de sus hogares con máxima protección.

"Son casos de elevado riesgo en los que las víctimas tienen domicilios ocultos para protegerlas", explican fuentes judiciales, que afirman que lo más habitual en estos casos es que las mujeres y sus hijos estén en centros de otras autonomías. "Si tienen alguna persona de máxima confianza que resida en algún punto de fuera de Galicia también pueden recurrir a ella, pero no es lo frecuente", ahondan las fuentes, que señalan que generalmente cuando hay que enviar a una víctima a residir fuera de su entorno, son situaciones de riesgo en las que, paradójicamente, no cabe la prisión preventiva para el supuesto agresor.

"Las penas de los tipos básicos de violencia de género son bajas", afirman. La mayoría de asuntos en los que la magistrada viguesa decretó la prisión provisional de agresores durante el último año fueron por crímenes, agresiones sexuales e intentos de homicidio. Los casos de maltrato habitual en los que se dictaminó el encarcelamiento se sustentaron en los antecedentes penales de maltrato con los que contaban los detenidos -como ocurrió en dos casos esta misma semana- o, como sucedió en uno de los supuestos de 2015, por los continuos quebrantamientos de las órdenes de protección.

Precisamente los quebrantamientos de los alejamientos que se imponen, de forma cautelar mientras dura la instrucción judicial o ya por medio de condena, dan lugar a numerosos juicios en Vigo. Acercarse a las víctimas o comunicarse con ellas mediante llamadas telefónicas, mensajes a través de WhatsApp o incluso por redes sociales como Facebook son los incumplimientos más habituales.

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