El inspector de Policía Pablo Antonio Martínez, marido y padre de dos de las acusadas por el crimen de Isabel Carrasco, Montserrat González y su hija Triana, denunció ayer durante el juicio que ambas fueron "engañadas" tras su detención para forzar una declaración.

Tras asegurar que ninguna de las dos le hacían caso y que aunque sabía de la animadversión de su mujer hacia la presidenta de la Diputación desconocía que pensara matarla, cuestionó los métodos de los dos policías que dirigieron la investigación. Según explicó, prometieron dejar libre a su hija si Montserrat confesaba, y eso hizo su mujer. "Utilizaron un procedimiento de manual de perros viejos de homicidios para ganar la confianza de los detenidos y obtener así información", afirmó el que era jefe de la comisaría de Astorga.