La identidad del cadáver rescatado ayer en aguas de Baiona podría conocerse hoy mismo. La autopsia, prevista en el hospital Nicolás Peña de Vigo, permitirá determinar si se trata de un joven vecino de la villa desaparecido hace días. Aunque todas las hipótesis están abiertas en la investigación, la Guardia Civil no descarta esa posibilidad, dado que ayer mismo recibió la llamada de una mujer que denunciaba la ausencia de su hijo.

La madre se puso en contacto con agentes después de conocer el hallazgo del cuerpo. Ante el temor de que se tratase de su vástago, les manifestó que no tenía noticias del joven desde al menos la semana pasada.

La comunicación tuvo lugar transcurrida una mañana que arrancaba en Baiona con la conmoción de la localización del cuerpo flotando frente a la zona de Rocamar, en la parroquia de Baredo. Un vecino del entorno alertaba al puesto principal de la Guardia Civil de la localidad de la presencia de un bulto en el agua a las 9.30 horas.

Una patrulla se desplazó por tierra al lugar e hizo señas a una embarcación de pescadores, que confirmó que se trataba de un cuerpo en avanzado estado de descomposición y lo retuvo hasta que llegó una embarcación de la Guardia Civil.

Las maniobras de rescate del cadáver levantaron gran expectación en la zona, donde se arremolinaron numerosos curiosos para seguir el operativo, en el que colaboró también la Policía Local.

La patrullera condujo el cuerpo hacia el puerto deportivo baionés, donde lo examinó el médico forense en torno al mediodía y ordenó su levantamiento y traslado al hospital vigués para practicarle la autopsia.

El fallecido no portaba documentación. Un equipo de la Policía Judicial de la Guardia Civil inspeccionó sus restos y determinó que se trataba de un varón de raza blanca. El cadáver presentaba el torso desnudo, vestía un pantalón de lona, tipo trekking, y portaba un cinturón con una saqueta de red, como las que utilizan los percebeiros para faenar.