Los dos sospechosos de matar al cura de Vilanova, Elvir y Arsen Fehratovic, de nacionalidad croata y con 37 y 30 años de edad, respectivamente, quedaron en libertad con cargos, en calidad de investigados, con la obligación de comparecer en sede judicial los días 1 y 15 de cada mes, tras su puesta a disposición judicial ayer en el Juzgado de Celanova. Los dos acusados se negaron a responder a las preguntas que les formularon, por lo que la vista apenas duró veinte minutos. El fiscal no llegó a solicitar el ingreso en prisión de los detenidos, solamente lo hizo la acusación particular, en representación de la familia.

La Guardia Civil realizó en las últimas horas los registros de las viviendas de los dos sospechosos, en Barbadás, Barcelona y Santander. También apura la transcripción y traducción de las conversaciones que les grabaron, la mayor parte de ellas utilizando el idioma de su país. Algunos de esos datos aún no llegaron al juzgado, por la necesidad de contraste, dentro de una investigación que continúa abierta.

La familia del sacerdote asesinado muestra la "máxima confianza" en la juez, el fiscal y las actuaciones de la Guardia Civil, pese a reconocer que fue "un mazazo" comprobar que los acusados quedan en libertad y que no está resuelto el caso.

A pesar de que la defensa sostiene que los dos investigados prestaron la máxima colaboración, "como demuestra que uno de ellos haya viajado desde Barcelona a Vilanova para participar en una reconstrucción de los hechos" , fue detenido cuando intentaba tomar un vuelo en Vigo para regresar a la Ciudad Condal. Sin embargo, fuentes de la investigación acusan "falta de colaboración" por parte de los dos principales sospechosos de la muerte del cura, como prueba el hecho de que se hayan negado a declarar en los cuarteles de Santa Mariña en Ourense y Xinzo, donde estuvieron detenidos, y en el propio Juzgado de Celanova.

El portavoz de la familia, José Manuel Enríquez, lamenta que los sospechosos hayan utilizado "todo tipo de triquiñuelas legales" para no colaborar en el esclarecimiento de los hechos. "En primer lugar, sorprende que ambos tuvieran un ataque de ansiedad simultáneo, por el que fueron atendidos en un PAC y en un hospital, a pesar de que uno se encontraba en Xinzo y el otro en Ourense", por lo que sospechan que todo se deba a una estrategia diseñada por la defensa. Y pregunta a qué se debe "tanta ansiedad, si ellos como declaran no tienen nada que ver con la muerte" del sacerdote. También le llama la atención que personas que iban a pedir limosna al párroco de Vilanova, porque se encontraban sin recursos para poder vivir, ahora renuncien al abogado de oficio para contratar a un gabinete privado.