Desaparición con final feliz. Después de 20 horas con el alma en vilo, Jordi, un niño de 3 años que desapareció el jueves por la tarde en Camós (Girona)fue encontrado sano y salvo ayer al mediodía cerca de una masía a más de un kilómetro de donde había sido visto por última vez. El niño, que es vecino de Sant Feliu de Guíxols, apareció sano y salvo con algunas rasguños, frío y bastante nervioso después de haber pasado la noche -20 horas- al raso. Los Bomberos dieron la buena noticia a la familia, jugaron con él, le pusieron una manta térmica y le dieron de comer y de beber. Después, lo trasladaron al hospital para hacerle una revisión.

La gran movilización que hizo posible el dispositivo de búsqueda formado por equipos de profesionales y voluntarios dio su fruto. Y es que hasta 500 personas estuvieron peinando desde las seis de la tarde del jueves la zona de Can Serrallonga y alrededores, la casa rural de Camós donde la familia de Sant Feliu de Guíxols iba a pasar el fin de año con unos amigos y niños.

Los hechos se desencadenaron el miércoles por la tarde, ya estaba oscuro cuando la familia descargaba las cosas del vehículo y las iban acarreando hacia dentro de la casa para pasar la noche. En ese momento, el niño se puso a jugar con otros y, por lo que sea, se perdió. Rápidamente, alertaron el 112 y los Bomberos comenzaron a desplegar un dispositivo de búsqueda de los que hacen historia. Y es que el área donde se perdió el menor era toda boscosa y con pendientes. Los equipos de rescate peinaron todo e incluso las balsas y pozos porque se temía que el pequeño hubiera caído dentro.

El pequeño iba con chándal y anorak, lo que le hizo soportar las bajas temperaturas de la noche del 31 de enero. Alrededor de la una y media de la tarde, un hombre y su hijo alertaron de que habían encontrado el pequeño en el bosque en el Mas Ventós, situado a más de un kilómetro de la casa rural.