"Aunque no me haga gracia, yo no puedo juzgar un intento de asesinato en un procedimiento abreviado. No me es agradable dictar la resolución que debo, pero tengo las manos atadas, no tengo otro remedio". El criterio superior de la Audiencia Provincial de Ourense ha obligado al juez adscrito al Penal 2 de esa ciudad, César Saco, a zanjar un episodio de violencia machista con una pena de un año de cárcel que previsiblemente no implicará el ingreso del agresor, Óscar Martínez Rodríguez, que carecía de antecedentes penales hasta la fecha. El caso se inició como intento de asesinato -el joven pasó mes y medio en prisión preventiva- , pero la Audiencia no apreció intención de matar en que el autor taponara la nariz y la boca a su pareja dormida, y a que intentara introducirle una bolsa de plástico en la garganta. Un auto de diciembre de 2013 rebajó la imputación a malos tratos y ni la Fiscalía ni la acusación recurrieron.

La acusación particular sostenía que el castigo debía ser más elevado y que el Penal se inhibiera a la Audiencia para juzgar un intento homicida. Argumenta, además, que la última resolución previa al juicio aludió otra vez al término de intento de asesinato aunque dirigiese la competencia al juzgado de lo Penal. Con ese auto y las protestas formuladas sin éxito ayer, el letrado particular intentará recurrir la sentencia de conformidad. Hay escasas posibilidades de que prospere.

El juicio previsto para ayer no llegó a celebrarse. La defensa resaltó que la petición del abogado de la víctima no tenía "cabida" al plantear una acusación por tentativa de asesinato, "que no es válida", en un procedimiento que llegó a la fase de juicio por lesiones. El fiscal coincidió con ese planteamiento.

Sin dejar de subrayar que tal decisión no le resultaba "agradable", el juez explicó que para acatar el criterio de la Audiencia solo cabía juzgar por lesiones en la modalidad de malos tratos. Si se inhibiera para que el tribunal volviera a pronunciarse, podría terminar sancionado porque un planteamiento en esos términos excede sus competencias, dijo. "No puedo celebrar el juicio y tengo que dar trámite a la conformidad, no puedo negar al acusado esa posibilidad", abundó el magistrado del Penal. "Tengo las manos atadas, no puedo hacer otro razonamiento", repitió en la sala.