¿Existe el crimen perfecto? Ángel Galán está convencido de que no. Lo dice una persona de peso en la materia. Comisario honorífico de la Policía Nacional y todo un experto en investigación criminal, ayer estuvo en Vigo para presentar un curso sobre desapariciones que se impartirá en el primer trimestre de 2016 en la ciudad olívica a través del Instituto de Probática e Investigación Criminal que dirige. En su exposición sentenció que no hay ningún suceso "que no se puede aclarar". "Cuando eso ocurre es que los que están [investigando] no saben aclararlo", dijo crítico este policía ya jubilado, que en su etapa al frente de una brigada especial llevó casos que aún siguen sin resolver como el de la muerte de la joven viguesa Deborah Fernández -su madre asistió ayer a la conferencia-, el triple crimen de Burgos de una familia ourensana o el asesinato de Manuel Salgado en un aparcamiento vigués. Poniendo como ejemplo sucesos reales, Galán se mostró crítico con los métodos de investigación actuales y abogó por la necesidad de una mayor "coordinación" de todos, sin excepción, los que forman parte del proceso, desde policías, jueces y fiscales, hasta los peritos e incluso los periodistas.

Galán -que cree que el número de crímenes y desapariciones que hay en Galicia la harían una de las zonas idóneas para establecer una "unidad zonal o regional" centrada en estas investigaciones- afirma que a día de hoy en las investigaciones "no existe colaboración interprofesional", "se desprecia olímpicamente la experiencia práctica" de los que intervienen en el proceso o se "sobrevaloran" herramientas como "el georradar o el luminol", "minimizándose "otras. Y se cometen errores como ocurrió en el triple crimen de Burgos, donde por la escena del crimen "pasaron más de cien personas". "Eso da lugar a problemas posteriores, cuando te encuentras con 28.000 huellas y no sabes de quiénes son", dice, señalando incluso que ha presenciado casos en los que ha visto como se entraba en una escena "como si fueran al cine, sin guantes ni calzas".

Echó mano de ejemplos reales. Como el caso Asunta. Los padres de la menor fueron recientemente condenados a 18 años de prisión tras ser declarados culpables del crimen. "El cuerpo aparece en una zona boscosa y se da por hecho que la mataron en un chalé que está a cuatro kilómetros de allí; no veo pruebas de que esa haya sido la escena principal del caso; desde mi perspectiva, yo no se donde fue, pero hay dos personas metidas en prisión", dijo, para ahondar en que tampoco ve aclarado como se trasladó el cadáver al lugar donde fue hallado. "No se si en el sumario vendrá, pero creo que no", afirma este experto.

El curso que se impartirá en Vigo abordará la investigación de desapariciones desde varias perspectivas y analizará tres casos reales ocurridos en Galicia: el de Deborah Fernández, el de María José Arcos y el de Fernando Caldas. También se abordarán los homicidios sin cadáver, las escenas "fantasma".