María Vidal crió a su sobrino Marcos Vidal González desde la infancia. Tenía siete años cuando el pequeño, al faltar su madre, comenzó a vivir con sus tíos, que residen en la parroquia de Xustáns, en Ponte Caldelas.

A las puertas de su casa y tras conocer el trágico suceso que acaba de protagonizar supuestamente su sobrino, María Vidal se sentía abatida por una situación que apenas podía asimilar. "¿Cómo pudo hacer eso? Él siempre fue una persona muy cariñosa y muy querido por todos. ¿Qué le puede pasar por la cabeza a una persona para llegar a algo así?", se preguntaba entre sollozos la mujer que educó a Marcos Vidal como si fuese su propia madre.

Aún sin dar crédito a las noticias que le llegaban, María Vidal admitía que su sobrino sufría problemas psiquiátricos, o que al menos "sé que fue al médico de la cabeza alguna vez, pero nunca pensé que tuviese algo tan grave".

El supuesto homicida, que horas antes confesaba ante la Guardia Civil que había apuñalado hasta la muerte al marido de su expareja, se había trasladado a vivir a Arcade, en Soutomaior, donde "tenía una vida hecha, tenía la vida ya arreglada con un negocio propio y allí todo el mundo lo quería", afirma su tía.

"¿Qué puedo decir yo?, que nunca pensé en que llegaría a ver algo así y que aún no me lo puedo creer, pero si lo hizo que lo pague", añadió la angustiada mujer.

Desde que Marcos Vidal tenía una vida independiente pasaba pocas veces por la casa de sus tíos, en la parroquia donde también reside todavía su padre, pero casualmente había visitado a su familia de Xustáns hace solo dos meses y se mostró "tan cariñoso como fue siempre". "Nos dio besos y abrazos, es un buen chico", explica María Vidal.

La mujer, abrumada por la sucesión de noticias, rumores y visitas que había recibido durante toda la jornada, explicaba que no podía comer porque "tengo el estómago cerrado, soy todo nervios" y deseaba que todos los indicios que llevan a pensar que su sobrino ha matado a un vecino lleguen a ser falsos. "Lo peor lo llevó el que murió, pero esto nos destroza la vida a todos", lamentaba la mujer, antes de romper a llorar.