La Policía Nacional ha detenido en un pueblo abandonado de Murcia a un hombre de 42 años, que llevaba en paradero desconocido casi dos, y que era buscado por abusar sexualmente de sus propias hijas durante ocho años. El fugitivo llegó a vivir en cuevas sin luz ni agua durante ese tiempo, y a alimentarse de lo que conseguía en el campo.

Para evitar ser descubierto, el fugitivo había cambiado su aspecto físico y utilizaba nombres falsos. Además de vivir en cuevas, residía siempre aislado de la sociedad en parajes naturales y viejas viviendas deshabitadas. Los escasos ingresos que habría obtenido provendrían de realizar encargos relacionados con el ámbito rural, como pastoreo de ganado, agricultura o taxidermia, oficio que practicaba desde hacía años.

Tras varios meses de investigaciones, la Policía Nacional encontró al fugitivo en San Joy, un pueblo de Murcia abandonado desde hace aproximadamente 50 años, donde vivía desde hace unos meses en una casa medio derruida. Tenía en vigor una orden de ingreso en prisión, dos de detención, dos de alejamiento y una prohibición de salida del territorio nacional.