Una vez que el transporte de cocaína se frustró, los transportistas que debían haber recogido el alijo en el Pixapo temían por su integridad. Cuando los agentes del Greco interceptaron a Rodríguez Camesella, que ha reconocido su participación en el transporte, éste se revolvió. Al identificarse los policías, según la versión de uno de ellos, les espetó: "menos mal que estoy detenido, creí que venían a matarme".

Marcos Vigo, José Luis Viñas Morgade y Antonio Carballa Magdalena llevaban años siendo objeto de investigación en distintas operaciones antidroga, según el responsable del Greco. Sin embargo, la operación que ahora les sienta en el banquillo se centraba en el dueño del velero, José Manuel Rodríguez Carballa, y el patrón Juan Domingo Covelo ante la sospecha de que pudieran estar programando un transporte de droga similar al que habrían hecho un año antes.

El letrado de Viñas Morgade echó de menos en el banquillo de los acusados a otro narco, Ramiro Vázquez Roma, quien estuvo imputado igual que otras personas que no llegaron a ser procesadas. En su opinión Roma era el objetivo de la investigación por el alijo del Riptide y llegó a preguntarle a la jefa de la Udyco de Vigo por qué no estaba allí.