Las declaraciones de los agentes de la unidad de élite policial contra el crimen organizado, Greco Galicia, que en mayo de 2013 desarticularon la trama que debía desembarcar en las costas gallegas las tres toneladas de cocaína que transportaba el pesquero Riptide, centraron ayer la tercera sesión del juicio contra los 18 procesados. Doce de ellos han confesado su participación, caso del arousano Marcos Vigo que admitió ser el jefe de la organización y responsable de la descarga del alijo, a la vez que señaló como sus socios en la cúpula a los históricos José Luis Viñas Morgade y Antonio Carballa Magdalena, que niegan los hechos. Precisamente por ello, el interrogatorio a testigos y peritos se centró en los dos arousanos, quienes incidieron en que vigilancias, escuchas telefónicas y mensajes los vinculan con el grupo organizador del alijo.

El inspector jefe del Greco Galicia señaló ante el tribunal que la agencia antidroga americana DEA facilitó dos teléfonos que usaban en España y Venezuela los encargados de un gran alijo de cocaína que iba a salir en un nodriza, lo que corroboró la investigación que ya tenían en marcha desde hacía meses. El teléfono utilizado en España tenía prefijo portugués y, según se comprobó, era el que utilizaba Nelson Beltrán Cejuela, que ya estaba siendo investigado por el Greco y que en la sala admitió que buscaba un barco alternativo al velero Pixapo que se había averiado, pero afirmó desconocer que era para ir a recoger los 3.000 kilos de cocaína del Riptide.

En cuanto al número de Venezuela, resultó ser el mismo al que llamaba el venezolano José Gregorio Hernández, el enlace que los colombianos habían desplazado a España para controlar el desembarco, y también Marcos Vigo. El jefe arousano realizó la llamada desde una cabina cuando iba acompañado de Viñas Morgade "que estaba a unos centímetros de él y participó de forma activa, a la vez que vigilaba el entorno", según manifestó otro de los investigadores. Aquel día, 22 de mayo, tuvieron lugar varias reuniones entre los arousanos, el grupo de Rodríguez Camesella que había facilitado el Pixapo y los intermediarios que buscaban un barco para sustituir al velero averiado.

En el caso de Carballa Magdalena, además de los seguimientos en las reuniones de aquel día, hay un mensaje desde Venezuela que le vincula con el gran alijo del Riptide, según los investigadores. Y es que una vez detenido con el resto de procesados y con el barco abordado, a su teléfono móvil llegó un mensaje desde Venezuela interesándose por el enlace o notario que los colombianos habían enviado a España y que fue arrestado en el aeropuerto de Santiago cuando intentaba regresar a su país.

"¿Qué has sabido de Goyo . Lo esperábamos ayer ... Cuando sepas algo llama". La policía considera clave este mensaje para probar la relación de Carballa, Marcos Vigo y Gregorio. "Se cierra el triángulo con Venezuela", aseveró uno de los agentes del Greco.

Ante la ausencia de conversaciones telefónicas en las que participen Carballa y Viñas Morgade, así como de documentos que los vinculen a la operación, los responsables del Greco señalaron que cuanto más alto se está en la cúpula de las organizaciones de narcos menos contactos hay. "El problema de la falta de un barco para recoger la droga era algo grave y les hizo aparecer para resolverlo directamente. Si no fuera por eso, nunca habríamos llegado hasta ello. Quienes menos aparecen más importantes son", manifestó el agente.