La confesión de Marcos Vigo, exyerno de Josefa Charlín, como máximo responsable de la organización gallega encargada del transporte de los 3.000 kilos de cocaína intervenidos a bordo del Riptide en mayo de 2013, dejó ayer prácticamente visto para sentencia el juicio que se sigue en la Sección Quinta de la Audiencia con sede en Vigo contra los 18 procesados. Marcos Vigo, además, delató a los históricos arousanos José Luis Viñas Morgade y Antonio Carballa Magdalena como sus socios en la operación, extremo que ambos niegan. "Es mentira", aseguraron, a la vez que indicaban que en los calabozos les dijo que tenía que implicarles para que el fiscal no pidiera 15 años de cárcel para él y les aconsejaba también que llegaran a un acuerdo. Las penas que afrontan inicialmente cada uno son de 21 años y 3 meses de prisión, así como 1.600 millones de euros cada uno.

"El responsable de la mercancía soy yo. Los colombianos me contactaron para entrar el alijo en Galicia. Tenía que encontrar un barco para recoger al droga en el mar porque yo no tenía, por eso ofrecí a José Luis Viñas Morgade y Antonio Carballa Magdalena entrar en la operación", relató al tribunal.

Tras admitir un acuerdo con la Fiscalía en el que se comprometió "a decir la verdad" y a preguntas del fiscal Antidroga, Luis Uriarte, explicó que era un transporte exprés pues le encomendaron el alijo apenas veinte días antes y que facilitó las llaves de un piso para que se alojara el contacto venezolano que viajó a Galicia para controlar la descarga. Aseveró que todo se frustró porque los transportistas vigueses a quienes encargó fletar el barco que saldría a por la cocaína "me engañaron". Ahora cree que no disponían de ninguna embarcación: "Me daban falsas esperanzas, me ponían excusas, me vendieron que tenían un barco de 30 metros y sólo tenían un velero (en alusión al Pixapo que se averió en Portugal antes de recoger el cargamento). Por eso el 22 de mayo de 2013 llamé a Venezuela para parar la operación, para dar marcha atrás. Era todo una farsa", aseguró.

Pero Marcos Vigo no sólo relató el papel de los dos históricos arousanos, que le acompañaron a las numerosas reuniones que mantuvo aquel 22 de mayo en Vigo, A Ramallosa y A Guardia con el grupo de José Manuel Rodríguez Camesella y Jesús Cumplido, con quienes les puso en contacto Francisco Javier Suárez Suárez, a quien conoció a través de Viñas Morgade.

Cumplido aseguró que era una especie de "secretario" de Camesella y reconoció parte de los hechos, como que ayudó a buscar un barco, si bien negó que supieses que era para transportar droga. Rodríguez Camesella, en quien concurre la agravante de reincidencia, confesó. Manifestó que buscó un barco cuando el Pixapo se averió y que acudió a las reuniones del 22 de mayo entre Marcos Vigo, Carballa Magdalena y José Luis Viñas Morgade donde se habría tratado "el traslado de la droga" . Respecto al arma que se le intervino afirma que no es suya y no sabe a quien pertenece.

Francisco Javier Suárez, que se definió como un pequeño broker comercializador de pescado en el puerto de Vigo llevaba una pulsera telamática cuando fue detenido por el alijo del Ripitide. "Fue por una cosa parecida a esta y me condenaron a 9 años, pero yo tengo nada que ver. No sabía que buscaban un barco para transprotar cocaína", aseguró.

Los tres tripulantes del Pixapo, Rafael Couto Oubiña, Juan Domingo Covelo y Iván Méndez reconocieron que sabían que iban a recoger un alijo de cocaína. Sin embargo no pudieron ir en busca del Riptide porque uno de ellos enfermó y cuando iban a dejarlo en tierra en Aveiro el barco se averió.