"Aconsejo a todas las mujeres que sufren malos tratos físicos o psicológicos que denuncien tales situaciones ante las autoridades para que las cosas no vayan a más y que no les ocurra lo mismo que a mi madre", dice Paulo Rodrigues, hijo de María José Rodrigues de 71 años y última víctima de violencia machista en Vigo. La mujer que falleció en la calle tras "volar" por la ventana de un tercer piso durante una disputa con su marido en su domicilio de O Calvario, será enterrada esta tarde en la localidad lusa de Tangil -Monçao.

Mientras, el presunto homicida sigue ingresado en la unidad de psiquiatría del Álvaro Cunqueiro a la espera de que los médicos le den el alta y pueda ser puesto a disposición judicial para declarar ante la juez. "Ahora solo resta esperar el juicio del asesino de mi madre y confío que sea justamente condenado a la pena máxima posible dentro de las leyes de España. Condena que nunca será justa por haber quitado la vida a mi madre".

Paulo Rodrigues se emociona al recordarla. "Como hijo agradezco todo lo que hijo por mi, por su nuera y por sus nietos. Con la tristeza que nos tocó solo puedo decir que en nuestro corazón vivirá para siempre". El hijo de María José quiere agradecer "el trato digno que el Concello de Vigo dio a mi madre" al decretar tres días de luto oficial, y a la Xunta "que ha facilitado el traslado de su cuerpo y el entierro a Portugal". Pero también y de forma especial a Rebeca, la asistenta social de Cáritas "que siempre ayudó a mi madre"; a Feli, la psicóloga del Centro de Dereitos da Muller y al cura D. Serafín, que apoyó a María José en muchas ocasiones.