La violencia de género ha golpeado con dureza este año en Vigo. En un período de apenas dos meses tres mujeres han fallecido consecuencia de esta lacra social. Divina Mendes Pereira, de 46 años de edad y origen brasileño; Silvina de Oliveira, de 33 años y natural de Portugal; y María José Rodrigues, de 71 y también nacida en el país vecino, son las víctimas de los crímenes registrados en la ciudad olívica en septiembre y durante este octubre, el último el pasado jueves en el barrio de O Calvario. Uno de los agresores ingresó en prisión, otro se quitó la vida días después de matar a su pareja y esconder su cadáver en un armario y el del caso ocurrido esta semana fue ingresado en la unidad psiquiátrica del Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, donde permanece bajo custodia policial. El repunte de homicidios -los casos en la ciudad olívica se unen a otros tres registrados también durante este 2015 en Ourense y en las localidades pontevedresas de Arbo y Pontesampaio- y la evidencia de que las denuncias por malos tratos siguen siendo una constante diaria preocupa en medios policiales, judiciales, de la Fiscalía y también desde el ámbito político. Y es que la violencia machista, lejos de cesar, sigue estando muy presente en la sociedad, incluso, destacan fuentes policiales, se detectan estas conductas entre los más jóvenes, entre adolescentes.

Una buena prueba de que la problemática del maltrato supone un desafío constante son las estadísticas del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Vigo. En lo que va de año esta sala registró 857 asuntos, lo que supone una media de casi tres diarios. O lo que es lo mismo, la friolera de un caso cada ocho horas. La cifra es ligeramente superior a la del mismo período de 2014 -un 3%-, aunque se sitúa por debajo del casi millar de causas que a estas alturas del año se habían contabilizado en 2013. Además de las tres mujeres fallecidas, otro de los caso graves registrados y que instruye el tribunal vigués fue el de Mónica, la mujer de 36 años que logró sobrevivir de forma milagrosa tras clavarle su exnovio un cuchillo en el cuello. Y otros episodios de maltrato físico y/o psicológico, acoso o quebrantamientos de órdenes de alejamiento forman parte de la labor de esta sala, la única especializada en violencia de género en Galicia junto a la que hay en A Coruña.

El pasado 3 de octubre, con motivo de la celebración del patrón de la Policía Nacional, los Ángeles Custodios, el comisario vigués destacaba en su discurso que la violencia machista es una "anomalía social" que no cesa. "La violencia de género es una de nuestras mayores preocupaciones; en pocas modalidades delictivas se han puesto tantos esfuerzos y pese a ello no mengua", afirmaba José Muñoz Lozano, evidenciando así el reto que supone acabar con esta lacra.

Desde Xunta, Diputación de Pontevedra o concellos se escucharon voces en los últimos días pidiendo un gran "pacto" contra la violencia de género. El presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Abel Caballero, alcalde de Vigo, anunció que el ente impulsará una "movilización masiva" de todos los ayuntamientos en contra de esta problemática, que en lo que va de año ya se cobró la vida de casi 40 mujeres en toda España. Galicia está entre las comunidades con más casos.