De la diversión al dolor. Dos españoles están ingresados en el hospital militar de Bucarest, tras resultar heridos en un incendio, originado la noche del viernes en una discoteca de la capital de Rumanía. A consecuencia del fuego, que se inició durante un concierto del grupo de rock Goodbye to Gravity, murieron 27 personas. Uno de los españoles accidentados es Imano Etxarri Glarzi, de 22 años, mientras que se desconoce la identidad del la otra víctima. Las fuerzas de seguridad están investigando los motivos del accidente, pero todo apunta a que las llamas se desataron por encender fuegos artificiales dentro del pub y que éste no cumplió con las normas de seguridad.

Según relataron algunos de los testigos, al concierto asistieron más de 500 personas. En el momento en el que comenzó el incendio, todo fue un caos. "La gente estaba apelotonada gritando. Yo veía cómo me caía fuego desde el techo y el aire empezaba a arder", relata uno de ellos. Al parecer, los fuegos artificiales que se encendieron eran similares a las bengalas, con la mala suerte de que una de ellas cogió la esponja de insonorización del techo y las llamas desataron su furia por todo el local. A partir de ahí todo se tornó en tragedia. Según fuentes cercanas a la investigación, la discoteca pudo incumplir las normas de seguridad.

La Unidad de Servicios de Urgencia señala que los españoles heridos están fuera de peligro. El Gobierno, sin embargo, no descarta que pueda haber más víctimas nacionales, ya que aún no se han identificado 17 cuerpos y otros cinco heridos. Con respecto a los confirmados, hay cuatro en estado de gravedad y unos siete tuvieron que ser intervenidos debido a la importancia a sus quemaduras, fundamentalmente en brazos y piernas. También los hay intoxicados y con contusiones. El Gobierno rumano ha declarado tres días de luto oficial y ha acelerado las investigaciones del suceso.