El presunto autor del doble crimen de Cuenca, Sergio Morate, salió ayer de prisión para presenciar un nuevo registro de su domicilio, lugar en el que la investigación sitúa las muertes de las víctimas, Laura del Hoyo y Marina Okarynska. La Policía Nacional invirtió casi cinco horas -entre las 13.00 y las 18.00 horas- en completar esta nueva diligencia, solicitada por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Cuenca, que investiga el caso.

Los investigadores ya inspeccionaron esa vivienda sin que trascendiesen los resultados. En esta ocasión, el objetivo era hallar posibles indicios relacionados con las dos jóvenes asesinadas, una de ellas la exnovia del detenido, puesto que creen que las pudo asesinar en ese piso de la urbanización Ars Natura, a escaso kilómetro y medio de la casa de ambas. De hecho, hasta allí acudieron las dos amigas antes de que se les perdiera el rastro para recoger unos enseres de Marina, su exnovia.

El juzgado encargado del caso decidió hace unos días prorrogar el secreto de sumario un mes más, hasta el 9 de noviembre, en un intento de proteger la investigación sobre lo ocurrio. En todo caso, la fiscal jefe de Cuenca, Isabel Gómez, revelaba la semana pasada que "no es descartable la participación de terceras personas" en el crimen, "no en la ejecución material de las muertes" de las jóvenes, pero "sí en la preparación o ulterior huida u ocultación de los cuerpos".

Al respecto, los investigadores se suman a la opinión del ministerio público y señalan al preso de origen colombiano y amigo de Morate, que en sus declaraciones a la Policía negó en dos ocasiones haber colaborado con Morate. Con todo, se cree que el único acusado actuó solo al dar muerte a las jóvenes, pero no se puede descartar la participación de otra persona en los hechos posteriores, aunque continúa la búsqueda de pruebas en ese sentido.

Morate estuvo presente en todo momento en el registro de ayer, por lo que fue trasladado hasta allí desde la cárcel de Estremera (Madrid), en la que se encuentra desde hace semanas en situación de prisión provisional. El presunto asesino, que llegó al inmueble por la puerta principal del garaje, en una comitiva formada por cuatro vehículos camuflados, fue increpado tanto a la entrada como a la salida de la urbanización por más de medio centenar de personas -entre ellas la madre de Marina y la hermana de Laura- que le gritaron "asesino", "púdrete".