Los tres hombres que en enero de 2011 atracaron a punta de pistola una joyería en la calle Real de A Coruña formaban parte de una organización delictiva que operaba en Europa. En A Coruña ya habían asaltado cuatro meses antes otra joyería ubicada en rúa Nueva, de la sustrajeron 42 relojes valorados en 147.215 euros. Los miembros de la banda, según fuentes judiciales, se desplazaban constantemente. De hecho, en las ciudades en las que daban los golpes no paraban mucho. Llegaban, robaban y huían a alguna otra urbe europea.

De los tres, tan solo uno fue arrestado en el atraco al establecimiento de la calle Real. El hombre, de nacionalidad brasileña y residente en Lisboa, fue retenido por el vigilante de seguridad del local y enjuiciado en febrero de 2013. Los otros dos consiguieron huir sin el botín, pero fueron localizados en Suecia y Holanda, a donde se desplazaron para continuar con los asaltos a joyerías, en las que se apoderaban, principalmente, de relojes de alta gama que después vendían en el mercado negro.

El joven estonio interceptado en el país nórdico se sentó ayer en el banquillo de los acusados de la sección segunda de la Audiencia Provincial de A Coruña. Los restos de ADN que la policía localizó en algunas de las prendas de las que se deshicieron los ladrones tras el asalto confirmaron que el sospechoso formaba parte de la banda, así como del grupo que robó en 2010 en la joyería de rúa Nueva.

El procesado, que reconoció los hechos, aceptó ser condenado a cinco años de cárcel, de los que solo cumplirá dos en España. Los otros tres, se sustituyen por su expulsión de territorio nacional durante diez años. El sospechoso también fue sentenciado a indemnizar al vigilante de seguridad de la joyería con 630 euros y a abonar las costas del juicio, incluidas las del abogado de la acusación particular. La Fiscalía reclamaba que fuese penado con 12 años y 8 meses de prisión, pero finalmente llegó a un acuerdo con el abogado defensor, Manuel Ferreiro, y con la acusación particular. Las tres partes aceptaron la rebaja del castigo, por lo que la vista no se celebró y el tribunal dictó sentencia oral en la sala.

El Tribunal Supremo rebajó en 2013 en dos años de prisión la condena que le había impuesto la Audiencia Provincial al atracador detenido el día del robo, que finalmente fue sentenciado a nueve años y tres meses de cárcel. El arrestado encañonó al vigilante de seguridad de la joyería de la calle Real y accionó el gatillo de la pistola hacia él, pero no llegó a detonarse. Los agentes de la Policía Nacional encargados del caso declararon durante el juicio que el arma carecía de cartuchos en la recámara, por lo que era imposible dispararla. El tercer atracador, interceptado en Holanda, está pendiente de extradición.