El delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva, descartó ayer que el crimen de la ourensana Socorro Pérez, cuyo cuerpo sin vida fue hallado el pasado junio un mes después de su desaparición, esté vinculado al asesinato de otra mujer en Cabanas ocurrido en 2013. "No existe constancia" de conexiones entre ambos sucesos violentos, aseguró a preguntas de los medios el máximo responsable en la comunidad de las fuerzas y cuerpos de seguridad.

Hace menos de dos semanas, el comisario jefe de Ourense, Amable Valcárcel, explicó que los investigadores habían buscado "similitudes con otros hechos parecidos" fuera de Ourense y que se mantenían "muchas líneas abiertas". Sus declaraciones hicieron contemplar la posibilidad de una conexión entre el asesinato de la ourensana y el de la coruñesa Elisa María Abruñedo, quien murió apuñalada tras una agresión sexual sufrida a 500 metros de su casa de Cabanas.

Las dos mujeres habían salido de casa para practicar deporte. En el caso de Socorro Pérez también se ha barajado la existencia de un ataque sexual, aunque la falta de ADN por el deterioro de los restos no ha permitido confirmarlo. Ninguno de los crímenes ha sido resuelto todavía.

Villanueva, que asistió ayer a la celebración en A Coruña de la patrona de la Guardia Civil, aseguró que "no hay nada que indique una relación entre los dos" casos. El de Cabanas ha cumplido 2 años sin detenido y las pesquisas son responsabilidad de la Guardia Civil. Por su parte, una unidad de la Comisaría de Ourense de Policía Nacional se encarga de buscar pistas sobre la muerte de Socorro Pérez. "Se investigan todas las posibles líneas que puedan llevar al esclarecimiento de los hechos", se limitó a decir el delegado del Gobierno.

El cuerpo de Socorro Pérez, que tenía 43 años, fue localizado a principios de junio, un mes después del crimen, por unos cazadores amigos del padre en una zona de maleza próxima a una urbanización del Monte Seminario. Estaba desnudo de cintura para abajo pero su exposición a la intemperie y la acción de los animales dejó los restos en tal estado de descomposición que el Instituto Nacional de Toxicología descartó la posibilidad de encontrar vestigios ajenos o evidencias de un previsible móvil sexual.

Ahora la Policía está a la espera de que el laboratorio central aclare si quedó algún vestigio en las uñas de la mujer; una evidencia sobre señales de defensa que pueda conducir al autor. Sí parece claro que Socorro Pérez murió por el fuerte impacto producido en la parte lateral y posterior de la cabeza con una piedra de la zona.

La Comisaría de la Policía Nacional ourensana llevó a cabo decenas de entrevistas en todos los entornos de la víctima, cuya vida reservada, sin whatsapp, redes sociales o tan siquiera correo electrónico, complica armar los indicios. La mujer era muy activa en la parroquia de su barrio y apreciada en su trabajo como limpiadora, en la Universidad Laboral.

Familia

La familia, que cuestiona que la búsqueda se centrara al principio en la hipótesis de una marcha voluntaria o un suicidio, tiene la impresión de que la ourensana Socorro Pérez fue víctima de un conocido, incluso de una antigua relación sentimental. Sin embargo, sin decantarse por una hipótesis u otra, el comisario jefe dice que su impresión es que un extraño la abordó y acabó con su vida con una piedra por la posible resistencia de la mujer.