El presunto asesino de la adolescente Eva Blanco ya está en una cárcel española. La juez de Instrucción 4 de Torrejón de Ardoz decretó ayer prisión provisional, comunicada y sin fianza para Ahmed Cheld por el crimen cometido en Algete (Madrid) en 1997. La magistrada imputa delitos de asesinato, agresión sexual y detención ilegal al acusado, que se negó a declarar, si bien consintió en que se le practicara una prueba de ADN.

El detenido llegó a España en un avión de la Guardia Civil custodiado por agentes del Instituto Armado. Tras aterrizar en la base aérea de Torrejón de Ardoz se le trasladó a la Comandancia del instituto armado en Tres Cantos (Madrid), donde realizó la reseña policial. Ha pasado buena parte del viaje durmiendo y en Tres Cantos almorzó agua, zumo, leche condensada, galletas y barritas energéticas, según fuentes de la investigación. Posteriormente fue trasladado al Juzgado de Torrejón, donde unas setenta personas le han insultado e increpado con gritos de "asesino".

Un número parecido de personas ha esperado a que terminara el trámite judicial para volver a increpar al detenido, que ha sido entregado a España en un tiempo récord de sólo ocho días en virtud de la Orden Europea de Detención y Entrega. Al término de la declaración ante la juez, en la que ha sido asistido por un abogado del turno de oficio, salió custodiado al penitenciario de Soto del Real.

La Guardia Civil mantuvo abierta la investigación durante 18 años hasta que finalmente dio con la prueba que permitió deshacer la madeja en que se había convertido el caso. La clave de la investigación fue el análisis genético de la muestra encontrada en el cuerpo de Eva Blanco que se hizo en el Instituto de Ciencias Forenses de la Facultad de Medicina de la Universidad de Santiago de Compostela en 2013 y que fue entregado a la Guardia Civil en enero de 2014. Gracias a los avances en genética forense, se identificaron un centenar de marcadores genéticos y se concluyó que el ADN correspondía a un varón de origen norteafricano.