"Mi vida es un infierno; una amiga que tenía en Vigo fue asesinada hace unos días y yo también temo acabar en el cementerio, tengo mucho miedo..." Sin poder contener las lágrimas, la joven Olga Karela, natural de Ucrania pero asentada en la ciudad olívica, asegura que es víctima de violencia machista y que se siente desprotegida. Vecina de la avenida de Fragoso, allí, relata, conoció a Silvina de Oliveira, la mujer asesinada hace una semana por su compañero sentimental, que se suicidó. "Vivía por allí, nos conocimos en un bar y quedábamos para tomar café, charlar...; y ahora está muerta", lamenta. Ella, cuenta, también sufre la lacra de la violencia de género por parte de su exmarido, A.J.M., que ya tiene dos condenas firmes de 2012 y 2013 por este motivo y que ayer fue de nuevo a juicio acusado de proferir amenazas de muerte contra Olga cuando tenía vigente una orden de alejamiento, hechos por los que la fiscal pide un año de cárcel. Él se declaró inocente en la vista. "Dicen que la Justicia tarda pero finalmente llega, esa es mi esperanza", dijo. Su defensa argumentó que la joven lo denuncia falsamente "una semana sí y otra también".

Separados desde 2012, la joven, que tiene una hija en común con su exmarido, contaba ayer a las puertas de los juzgados que él la "persigue". "Tengo miedo, me va a matar...", afirma. "No puedo salir de casa, cierro la puerta con los pestillos, está obsesionado conmigo; me pude separar de él en España, pero de forma forzosa, pero como nos casamos en Portugal allí aún no me pude divorciar", dice en compañía de su actual novio, un vigués que afirma que cuando conoció a Olga "tenía moratones de arriba a abajo". "Excepto cuando voy a trabajar por las noches estoy siempre con ella, no la puedo dejar sola, nos tuvimos que cambiar de barrio porque él la sigue; ella hasta se plantea volver a Ucrania con su hija para acabar con esta pesadilla", asegura.

El juicio de ayer se refiere a unos hechos de septiembre. Según la fiscal, la noche del día 17 el acusado llamó por teléfono a la mujer y le dijo supuestamente: "Te voy a matar cuando estés sola para poder estar con mi hija; ya verás como te pillaré cuando estés solita; a partir de esta semana estate atenta porque voy a dar mi último toque..." Días después, en la plaza de la Independencia, tras un encuentro casual, presuntamente volvió a amenazarla de muerte.

El acusado lo niega. Su abogada afirma que no hay ninguna prueba de la llamada telefónica y, sobre el encuentro en la plaza, aportó un justificante que, señala, prueba que su cliente estaba en el centro de salud de Pintor Colmeiro al tiempo de las amenazas que relata la mujer. "Esta señora lo denuncia una semana sí y otra también", dijo la letrada, que añadió que son acusaciones falsas.