Silvina de Oliveira falleció entre tres y cuatro días antes de que su cuerpo fuera localizado oculto en un armario de la habitación que tenía alquilada con su pareja en la avenida de Fragoso, en Vigo. La autopsia preliminar avanza que murió a causa de una brutal paliza, posiblemente la noche del jueves, cuando se vio a su pareja abofetearla en plena calle. El cuerpo presentaba numerosos golpes, si bien ninguno era más relevante que otro. Tampoco se utilizó ningún objeto contundente.

Los forenses han determinado que Pedro Rodrigues, que dejó una nota en la que reconocía que la había matado, se quitó la vida con un cóctel de medicamentos tres días después, posiblemente entre la noche del domingo y del lunes.

La Policía Nacional de Vigo se ha puesto en contacto con familiares de la pareja portuguesa para comunicarles que tienen ya los cuerpos a su disposición si quieren preparar el sepelio, pues el juzgado ha autorizado ya su entierro. Un compañero de piso de ambos halló los cadáveres el lunes por la tarde en la habitación que la pareja compartía cuando entró a interesarse por Pedro Rodrigues que había pasado un fin de semana muy alterado.