El empresario vigués es uno de los pioneros de las telecomunicaciones que apostó por la telefonía móvil en sus inicios y llegó a ser uno de los mayores distribuidores de Vodafone en España con más de 400 empleados.

Con un patrimonio millonario, entre los que se incluye uno de los museos privados más importantes de automóviles clásicos abierto un día a la semana al público a un precio simbólico que se destina a las actividades sociales de una congregación de religiosas de Vigo, defiende su inocencia. Niega la utilización de empresas "trucha" o delito fiscal alguno, pues siempre ha pagado sus impuestos y no ha existido reclamación alguna por parte de Hacienda pese a que ha sido investigado en profundidad.

A la espera del juicio confía en que su defensa, coordinada por el letrado Jose Fernández, del despacho Garrigues Abogados en Vigo, demuestre que actuó dentro de la legalidad con la propia documentación que obra en la instrucción de la causa.