Todo está listo en la sala de bodas de los juzgados de Santiago para que se inicie el juicio que busca desentrañar el crimen de Asunta, del que están acusados sus dos progenitores, Rosario Porto y Alfonso Basterra, que se enfrentan por este hecho hasta a 20 años de prisión. Ambos faltarán, no obstante, a la primera cita prevista en el proceso, la elección de los nueve titulares y dos suplentes que integrarán el jurado que los juzgará, y que tendrá lugar hoy mismo. Así lo avanzaron ya. Sin embargo, si el proceso de selección del tribunal popular se completa con normalidad, mañana tendrán que sentarse bastante juntos, el uno detrás del otro, en una zona de la sala que compartirán con sus letrados, el fiscal y la acusación popular.

Desde allí asistirán a la jornada del juicio prevista para la presentación de alegaciones previas y proposición de pruebas por las partes. Si todo ello se produce con bastante agilidad, mañana mismo uno de ellos -será el presidente del tribunal del jurado, el magistrado Jorge Cid, quien decida quién- podría ya estrenar la fase de interrogatorio de los acusados, que sobre el papel el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) extiende al jueves y al viernes de esta semana. Con todo, lo más fácil es que se alargue el proceso de alegaciones, ya que en ese momento las partes pueden solicitar cuestiones variadas, entre ellas las relativas a la cobertura mediática del juicio.

De donde están vetados los medios es de la constitución del jurado prevista para hoy, después de que en junio el hecho de no lograr reunir el número mínimo de candidatos obligara a posponer la vista. Para hoy estaban citados, para el proceso de selección, 26 personas, pero desde el Tribunal de Xustiza indicaban ayer que, atendiendo a sus circunstancias, ya han disculpado la ausencia de "una o dos" personas.

El proceso de hoy, que se produce tras la fase previa de selección y recusación, se iniciará comprobando que no hayan aparecido razones objetivas para que los potenciales jurados no sean aptos (como una imputación reciente) y después las partes pueden impugnar sin causa a cuatro elegidos, aunque también a aquellos que incumplan algún requisito, como tener ya predeterminado el veredicto de culpabilidad, un factor relevante para unos letrados que quieren un jurado sin contaminar, que no haya sentenciado ya a los acusados. Así que legalmente, según apuntan fuentes judiciales, cabría la posibilidad de que no se constituya el jurado.

Pero si todo discurre según lo previsto, esa fase se completará y, una vez que pasen las alegaciones previas y las declaraciones de los principales protagonistas, el desfile de testigos y peritos se sucederá casi sin pausa a partir del lunes. Aunque estaban previstos 84 testigos y 60 peritos, la cifra final será inferior, en torno a una decena de personas menos, porque algunas partes han ido renunciando ya a testimonios y a forenses, explican desde el TSXG.

Si el triste suceso de la muerte de la menor suscitó una vorágine mediática, la cobertura del juicio parece que no le irá a la zaga. Unos cien periodistas pertenecientes a una treintena de medios de comunicación -todos de ámbito estatal, excepto un periódico británico- han solicitado acreditación para el seguimiento de la vista, a pesar de que el Tribunal de Xustiza ha impuesto consignas estrictas para acceder a la sala.

Y no solo será un contado número de periodistas el que, en principio, si no se imponen más restricciones, accederá a la vista. Aunque no hay un espacio acotado explícitamente para familiares, cualquier juicio es público y también hay reservado espacio para estudiantes o profesionales del Derecho.

Al igual que ocurrió con el Códice Calixtino, se ha habilitado una zona para prensa para que esta pueda seguir el desarrollo de un proceso en el que el jurado popular está llamado a determinar si los dos acusados comieron con su hija en casa de Alfonso Basterra el día de los hechos y "puestos de común acuerdo y con la intención de acabar con la vida de la niña", le suministraron una cantidad "tóxica" de lorazepam para, "posteriormente, cuando hiciera efecto, asfixiarla".

El jurado también tendrá que dar respuesta a si Rosario Porto, siguiendo un "plan acordado" con Basterra, llevó a Asunta a su casa de Montouto después de las seis de la tarde y si los acusados asfixiaron a la niña "por medio de la comprensión que le aplicaron sobre la boca y la nariz" entre que la menor fue llevada a la casa de Teo y las 20.00 horas. Deberán determinar si ataron a la niña por brazos y tobillos y si los dos la trasladaron a una cuneta de la pista forestal de Teo.

El jurado tendrá que determinar además si los dos acusados actuaron de acuerdo y valorar, si consideran que sus padres la sedaron y asfixiaron, si Asunta no pudo defenderse de forma efectiva por efecto del fármaco que con ese fin y, según las acusaciones, le habían suministrado los imputados.