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Juicio en la Audiencia de Santiago

Los padres de Asunta buscan un jurado popular íntegro

Alfonso Basterra y Rosario Porto afrontan 18 años de cárcel cada uno acusados de asesinar a su hija

Asunta Basterra Porto.

El asesinato de la pequeña Asunta Basterra Porto, de 12 años de edad y cuyo cuerpo apareció en una pista forestal del municipio coruñés de Teo el 22 de septiembre de 2013, llega al fin a juicio. O al menos todo está preparado para que la vista oral comience el próximo martes en la Sección Sexta de la Audiencia con sede en Santiago. El primer paso es la formación del tribunal popular que juzgará a sus padres, la abogada Rosario Porto y el periodista Alfonso Basterra, acusados de pactar un plan de muerte para asesinar a la pequeña que habían adoptado en China cuando apenas tenía un año y para quienes el fiscal solicita 18 años de prisión para cada uno.

La formación del jurado popular, con 9 titulares y dos suplentes, ya obligó en junio a posponer el juicio al no reunirse el número mínimo de candidatos tras las recusaciones. En principio, los 25 candidatos actuales son todos válidos, salvo error u omisión en el cuestionario que han remitido a la Audiencia, pero acusaciones y defensas pueden impugnar sin causa a cuatro de los seleccionados y recusar a aquellos que incumplan alguno de los requisitos como tener ya predeterminado el veredicto de culpabilidad. Buscan un jurado íntegro, sin contaminar y que no los haya sentenciado ya. Una vez formado el tribunal ya no habrá impedimentos para celebrar la vista oral y le futuro de los padres de la pequeña estará en sus manos.

Rosario Porto no vestirá finalmente la toga de letrada, será una acusada igual que su marido aunque ambos se sentarán en el estrado con sus respectivos abogados por si precisan realizar cualquier consultas según ha aceptado el magistrado que presidirá el tribunal. Ninguno de los dos acudirá el día 29 a la designación del jurado, pero sí estarán en la sala al día siguiente aunque su declaración comenzará previsiblemente el día 1 de octubre.

Por el estrado desfilarán 84 testigos, desde los dos hombres que a la salida de un club hallaron el cadáver de la pequeña depositado junto a un árbol, a las profesoras que comprobaron que la pequeña acudió a clase sedada y se lo comentaron a su padre, la farmacéutica que vendió el Loracepán a Basterra o la médica que niega que la pequeña tuviera alergia y que le hubiera recetado algún tipo de medicina o "polvos blancos".

También será interrogado el supuesto amante de Rosario Porto con quien pasó el día anterior al crimen navegando por la Ría de Arousa. Las testificales se prolongarán durante todo el mes con los interrogatorios de una treintena de peritos y expertos, incluidos los forenses que realizaron la autopsia o los técnicos del laboratorio de la Guardia Civil de Madrid donde se pudo contaminar la camiseta de la niña con semen de un imputado en otro caso que nunca había estado en Galicia.

Rosario Porto vive sus horas más bajas en prisión. Está acompañada por una presa sombra desde que hace unas semanas se tomó varias pastillas y se abrazó a una foto de su hija muerta quedando casi inconsciente sobre la cama, si bien en su entorno apuntaban que había sido una escena melodramática pero sin intención real de hacerse daño.

Mientras, Alfonso -que siempre se mantuvo alejado del resto de internos- ahora se ha integrado y es uno de los presos de confianza que colabora en el reparto de comidas y en el servicio de office.

"Rosario no está bien. Estos días coinciden con el aniversario de la muerte de su hija, con el de su ingreso en prisión y con la celebración de un juicio en el que va a tener que ver fotos del cadáver. Ella defiende que es inocente y es mucho lo que se juega", explica su abogado, el penalista coruñés José Luis Gutiérrez Aranguren. El letrado apunta que tanto su cliente, que sigue bajo tratamiento por depresión, como él tienen ganas de que se celebre el juicio de una vez.

Rosario Porto y Alfonso Basterra se han distanciado en prisión, si bien durante el juicio compartirán transporte diario desde la cárcel de Teixeiro a la Audiencia de Santiago. Todo apunta a que intentarán salvarse por separado, aunque no está claro si Basterra romperá en sala el silencio que ha mantenido durante toda la instrucción de la causa o se limitará a responder a su abogada. Sólo al presentar su escrito de defensa dejó claro que no compartía estrategia con su exmujer y echó balones fuera asegurando que él no estaba con la niña cuando fue sedada, aunque las pruebas dicen lo contrario, y que lo que sabía sobre lo ocurrido era porque se lo había contado Rosario y él la había creído. De hecho aseguró que no sabía que madre e hija habían ido a la finca familiar de Teo aquel 21 de septiembre y creía que la pequeña desapareció del piso de Santiago donde vivía con su madre, como ésta le contó.

Los padres de Asunta tendrán que explicarse de forma clara y dar respuesta a numerosas incógnitas para convencer al jurado de que realmente no saben cómo ni quién mato a su hija y la sedó mientras estaba con ellos.

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