Dos años y seis meses de prisión. Ésta es la condena que solicita la Fiscalía para los cuatro comuneros acusados del accidente que hace un año causó graves lesiones medulares a un ciclista en el monte Alba de Vigo: el deportista quedó parapléjico al impactar con una gran piedra que, colocada presuntamente a modo de obstáculo, se encontró de forma sorpresiva justo cuando realizaba un salto en un sendero forestal. El Ministerio Público considera que José C.A., vicepresidente de la Comunidad de Montes de Valladares y encargado de los trabajos de mantenimiento y conservación del monte, y otros tres trabajadores de la misma entidad - Antonio V.G., capataz; Raimundo P.G., que hacía trabajos en beneficio de la comunidad allí al tiempo de los hechos; y Miguel G.V., peón forestal- son responsables de un delito de lesiones por imprudencia grave. Además de cárcel, el fiscal demanda que todos ellos indemnicen a la víctima, Diego González, de 38 años, con más de 832.000 euros, para lo cual pide la declaración de la responsabilidad civil subsidiaria de la comunidad de montes. Junto al escrito de calificación provisional de la Fiscalía, consta ya también en la causa el de la acusación particular, que eleva su petición de penas al sostener que el delito de lesiones no fue imprudente, sino doloso: demanda que cada imputado sea sentenciado a 6 años de cárcel y fija la indemnización a la víctima en casi 1,5 millones.

La Fiscalía constata en su escrito que en las zonas de Freixo y Cubiles del monte Alba, en terrenos de la comunidad de montes, aficionados a la bicicleta de montaña -y ocasionalmente al motocross- practicaban desde hacía tiempo esta actividad, que, se señala, no era vista con buenos ojos por algunos comuneros. La acusación pública establece que ante esta situación el vicepresidente de la comunidad de montes, José C.A., ordenó supuestamente a una cuadrilla formada por los otros tres imputados que cortasen árboles y colocasen obstáculos (piedras) para impedir o dificultar el paso de los bikers.

Los hechos que irán a juicio ocurrieron concretamente el 4 de septiembre del pasado año. El fiscal sostiene que ese día, en la zona de Cubiles, la citada cuadrilla procedió a cortar varios árboles, que habrían dejado a medio talar y sobre el camino. Y ya concretamente entre las 17.30 y 18.30, en el sendero conocido como camiño Freixo y con el mismo fin de entorpecer el paso de ciclistas, los trabajadores habrían arrastrado hasta el medio de la vía grandes piedras que, por su ubicación, se constituían como obstáculos imprevisibles para estos deportistas.

Siniestro

Fue en ese tramo horario y en ese sendero de Freixo cuando Diego sufrió el accidente: el joven descendía con su bicicleta cuando, al salir de una curva y realizar una maniobra de salto en un lugar con desnivel, se topó de forma sorpresiva cuando ya estaba en el aire con una de esas piedras. El ciclista no pudo evitar el impacto contra el inesperado obstáculo y sufrió graves lesiones que le dejaron parapléjico.

Frente a los dos años y seis meses de cárcel y los 832.428 euros de indemnización que pide el fiscal, la acusación particular eleva su solicitud a 6 años de prisión y 1.485.996 euros -también con la responsabilidad civil subsidiaria de la comunidad de montes- al estimar como tesis principal que el delito de lesiones que concurre no es imprudente -como sostiene el Ministerio Público-, sino doloso. El abogado expone en el escrito que las piedras de grandes dimensiones que había en el camino se colocaron de forma intencionada a modo de trampa para los ciclistas, ya que estaban en puntos estratégicos y constituían obstáculos ocultos, imprevisibles e inevitables. Dos de las piedras, se señala, estaban tras una curva peraltada y otra, que es contra la que chocó Diego, estaba en la parte baja de un desnivel también a la salida de un tramo curvo.

Además de esta petición principal, la acusación privada plantea otras dos solicitudes alternativas por si no prospera la primera: una de 5 años de cárcel y otra de 3.