De lo poco que recuerda el piloto del automóvil siniestrado el sábado en el rally en Carral es que cambió de dirección al ver gente en la parte contraria a la carretera en la que ocurrió el accidente, que tuvo como consecuencia el fallecimiento de siete personas, además de 15 heridos de diversa consideración. El joven está "destrozado" y no tiene apenas recuerdos de lo que pasó a partir de ese instante.

La investigación deberá aclarar por qué el joven perdió el control del Peugot 206XS, escapándose al lado contrario al que se preveía por la inercia, en un tramo no especialmente peligroso. También cuál era la disposición del público en el momento del siniestro y si había espectadores donde, en principio, no podían estar. Era un tramo muy próximo al núcleo Carral y la prueba automovilística era una de las atracciones principales de la fiesta. Se acercó mucha gente al lugar, más de un centenar de personas. Según testigos, la Guardia Civil retiró a espectadores de zonas peligrosas prohibidas y resta saber si estos lugares volvieron a ser ocupados.

El piloto está "destrozado", también por su relación con algunas de las víctimas, de una edad similar y con las que compartía afición. La declaración ante la autoridad judicial todavía no se ha materializado y él apenas ha podido relatar, según fuentes próximas a su entorno, que intentó enderezar el coche al ver a espectadores al entrar en la recta.

Los testimonios son dispares a la hora de responder si el tramo de Paleo cumplía las medidas de seguridad. Varias personas dicen que el efectivo de Protección Civil instó varias veces al público a alejarse de la carretera y otros que la Guardia Civil ordenó despejar solo la zona de enfrente. La Dirección General de Tráfico sostiene que se "comprobó la seguridad de rally" y "todo era correcto". Agentes del Instituto Armado lo atribuyen a una "fatalidad".

Por su parte, el único menor que permanece ingresado en el hospital Materno Infantil Teresa Herrera evoluciona favorablemente y ayer fue dado de alta en la UCI para pasar a planta, según informaron fuentes hospitalarias. En cuanto al estado de salud de los otros tres pacientes, todos adultos, no hay cambios con respecto al lunes. Uno de los heridos sigue en la UCI con pronóstico grave pero estable y otros dos en planta, donde evolucionan favorablemente.

Mientras, la última víctima de la prueba automovilística que el sábado heló a la comarca fue despedida ayer en Carral. Era las más joven, con solo diez años, como recordó ayer el párroco de la iglesia de Santo Estevo de Paleo, que se quedó pequeña ante las más de 300 personas que acudieron a arropar a la familia en el adiós a la menor de sus hijas.