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Los padres de Asunta cambian de estrategia ante la proximidad del juicio

Porto se aísla en su mundo dentro de prisión y Basterra se integra como ordenanza de cocina

Una presa 'sombra' acompaña a Rosario desde su presunto intento de suicidio abrazada a una foto de su hija adoptiva -Alfonso, antes taciturno, se relaciona con reos y funcionarios

Cualquier alianza entre el exmatrimonio parece rota y se comportan como extraños en el penal. // X. Rey

Los casi dos años que llevan en prisión provisional los padres de Asunta han hecho mella en ellos, aunque les pesan de forma distinta. Si en algún momento existió un pacto de defensa, saltó por el aire hace meses cuando Basterra no dudó en arrojar dudas sobre su mujer para exculparse. Desde entonces siguen estrategias distintas, no solo a nivel judicial sino personal, han cambiado sus roles iniciales y se comportan como dos extraños en el centro penitenciario de Teixeiro, sin hablarse ni solicitar hacerlo.

El próximo 29 de septiembre Alfonso Basterra y su exmujer Rosario Porto compartirán el banquillo de los acusados en la Sección Sexta de la Audiencia en Santiago. Acusados de planear y ejecutar juntos el asesinato de su hija adoptiva Asunta Yong Fang, el fiscal solicita 18 años de prisión para cada uno, una condena que la acusación popular que ejercita la Asociación Clara Campoamor eleva a 20 años.

Alfonso, taciturno y aislado voluntariamente del resto de presos del penal de Teixeiro con los que prefería no relacionarse, ha cambiado totalmente su actitud. Ahora se relaciona con los otros internos y con los funcionarios. De hecho está tan integrado y se muestra tan colaborador que desde hace un mes es ordenanza de office. Se trata de un cargo de confianza en la cocina y su tarea consiste en repartir las comidas en el módulo 14, el de presos preventivo primarios.

El cargo de ordenanza de office no está remunerado, pues sólo cobran los encargados, pero sí conlleva beneficios penitenciarios como cancelar sanciones leves, caso de la privación de salidas al patio, o limpiar su expediente carcelario si ha sido sancionado. El periodista, especializado en turismo y gastronomía goza ahora del respeto de compañeros y responsables de la prisión.

También la actitud de Rosario, que enseguida se aclimató a su módulo en la prisión de Teixeiro y se mostró extrovertida desde que llegó, ha ido cambiando con el transcurso del tiempo. La abogada que colaboraba en los recursos judiciales de sus compañeras del centro penitenciario sigue vistiendo ropa de grandes firmas pero ya no es tan locuaz. Se ha aislado en su propio mundo y la semana pasada protagonizó un supuesto intento de suicidio que tanto presos como funcionarios consideran una "pantomima" . La encontraron sobre su cama y abrazada a una fotografía de Asunta tras tomar varios relajantes musculares que acumuló durante días. El suceso tuvo lugar el jueves de la semana pasada y al día siguiente volvía a su celda tras pasar la noche en la enfermería de Teixeiro. Ahora una presa sombra vela por ella en aplicación del protocolo antisuicidios que ha vuelto a decretarse.

La madre de Asunta, al contrario que Alfonso Basterra, no dudó en someterse a informes psiquiátricos, cinco por parte de los forenses y otros dos de peritos del parte, médicos designados por su defensa. Si los forenses sostienen que Rosario Porto no padece ningún trastorno mental, aunque apuntan a síntomas de depresión, un informe aportado para solicitar su excarcelación por su abogado defensor, el penalista José Luis Gutiérrez Aranguren, llegaba a dudar que pudiera ser juzgada dada que la situación "clínica y ambiental" de Rosario "determina una merma considerable de las funciones psíquicas de concentración, antedicen y memoria, así como un deterioro físico que la limitan para cualquier tarea que requiera un correcto funcionamiento de sus capacidades psíquicas superiores".

Muy atrás queda ya el cariñoso acercamiento entre ambos en los calabozos de la Guardia Civil tras ser detenidos por el crimen, cuando Alfonso reivindicaba la inocencia de ambos en unas escuchas que han sido anuladas por la Audiencia, o aquellas cartas que se pasaban a través de un tercero en prisión. Basterra, en un claro sálvase quien pueda no dudó en arrojar las sospechas sobre su exmujer al asegurar en su escrito de defensa que le mintió sobre que había llevado a Teo a la niña, o que Asunta durmió con ella uno de los días que las profesoras detectaron su sedación. Claro de Rosario también ha sembrado dudas sobre su exmarido, aunque no tan explícitas. Habrá que esperar a ver la actitud y la estrategia de defensa que adoptarán en el juicio. Todavía pueden dar un giro al caso.

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