El sacerdote de la parroquia moañesa de Domaio, Samuel Aristizábal, pasó toda la jornada de ayer ingresado en el hospital Povisa de Vigo, en donde será sometido esta mañana a una operación de urgencia por las lesiones sufridas la madrugada del jueves para el viernes. Cuatro personas accedieron a su vivienda, frente a la iglesia parroquial, y lo amenazaron, agredieron e incluso ataron a la cama con la intención de robarle.

El párroco tiene dolor en el pecho y sobre todo en la cara. El daño más grave está en su mandíbula y paladar, con múltiples fracturas. También sufrió daños en un pómulo. Durante la jornada de ayer la víctima estuvo sedada y los vecinos que acudieron a visitarlo señalan que lloró en varias ocasiones. "Eran cuatro, tenían acento extranjero y eran altos", dijo. La noticia corrió como la pólvora entre los vecinos y muchos de ellos se pasaron ayer por el entorno de la casa del cura, que ya estaba acordonada por la Guardia Civil.

Los hechos ocurrieron pasada la medianoche, cuando unas cuatro personas, según explicó el propio agredido a sus vecinos, forzaron de un golpe la puerta del domicilio, situado frente a la carretera general PO-551 y al que se accede por una escalera lateral. Al entrar al interior del inmueble, iluminados con las luces de sus móviles, cogieron una bombona de butano que estaba en la entrada y golpearon al cura repetidas veces. Lo tendieron en la cama y lo ataron de pies y manos, mientras lo amenazaban de muerte y le exigían que les dijese en donde guardaba el dinero.

Identificados

La cantidad de dinero encontrada en una mesa era pequeña. De ahí que siguiesen golpeando al sacerdote en la cara y el cuello para, supuestamente, tratar de dejarlo inconsciente. Habían accedido al domicilio con la cara descubierta y sin armas.

Tras la paliza los ladrones se marcharon. Un testigo ocular asegura que vio a dos jóvenes en el entorno poco antes del asalto a la vivienda, a los que sería capaz de identificar. Según fuentes oficiales esas dos personas son de nacionalidad rumana, aunque a última hora de ayer no había ningún detenido.

Poco después del robo el propio cura consiguió desatarse, llegó a su coche y fue conduciendo hasta la casa de una vecina de confianza, que llamó a la ambulancia que trasladó al agredido al hospital. Hasta altas horas de la madrugada agentes de la Guardia Civil recogieron las primeras pruebas. Confirmaron que no había destrozos en el templo parroquial. "Llegó a mi casa con mucha sangre en la cara", recuerda la vecina que lo socorrió.

Peligro en las rectorales

Los asaltos y robos a sacerdotes proliferan en los últimos tiempos, El pasado mes de marzo Adolfo Enríquez Méndez, párroco de Vilanova dos Infantes (Ourense) perdió la vida a manos de los ladrones que se llevaron la pequeña talla de la Virgen del Cristal. Hace ahora un año otros ladrones asaltaron al párroco de Padrón, Ramón Barral, al que dejaron malherido en la casa rectoral. En el ataque falleció su asistenta, María Soto, de 78 años.