Los Mossos d'Esquadra y la Policía Local de Castelldefels eran conscientes de la mala relación y los problemas que rodeaban a la pareja hallada muerta en su domicilio, ya que habían acudido en ocasiones a su casa avisados por vecinos, aunque no consta ninguna denuncia abierta.

Según fuentes cercanas al caso, fue una hija del homicida, fruto de una relación anterior la que encontró las cadáveres.

El hombre, de 61 años y de origen uruguayo, mató la pasada noche con un arma de fuego a su actual pareja, de 45 años y de nacionalidad española pero origen bielorruso, y a los dos hijos de ambos, un niño de 12 años y una niña de 7, en su casa familiar de Castelldefels. Según diversas fuentes, la pareja mantenía acaloradas discusiones, lo que llevó a algunos vecinos a avisar a los agentes policiales en varias ocasiones llegando a personarse estos en el domicilio. Sin embargo, no consta abierto ningún procedimiento ni denuncia de la mujer por violencia o agresiones por parte del homicida.

Una hija del homicida, fruto de una relación anterior, fue la que avisó a los Mossos tras descubrir los cadáveres al acudir a la vivienda. En la llamada a la policía, la hija contó que había cuatro personas muertas. Cuando los agentes llegaron a la casa familiar, encontraron los cuerpos de los dos hermanos en sus habitaciones, el de la mujer en la cama y el del supuesto homicida, en el sofá del comedor.

La investigación continúa abierta para intentar exclarecer los motivos que llevaron al hombre a terminar con la vida de su pareja y sus dos hijos menores.

El Ayuntamiento de Castelldefels decretó tres días de luto y cede de actividades lúdicas a raíz del atroz crimen.