La Audiencia Nacional dejó ayer en libertad condicional a la viguesa María Estela González, reclamada por Venezuela por el asesinato de su suegra, la empresaria gallega Sesita Vecoña muerta a tiros en noviembre de 2008 en Caracas. El tribunal considera que la joven tiene arraigo y domicilio conocido en Vigo, donde residen sus padres, pero le retira el pasaporte, le prohibe salir de España y deberá presentarse semanalmente en los juzgados de Vigo.

Venezuela, país que solicitó su detención y extradición a través de Interpol, dispone de cuarenta días para presentar los cargos de acusación contra ella. Una vez concluido este proceso, la Audiencia Nacional decidirá si la entrega o no al país caribeño, un trámite que puede durar entre cuatro y seis meses.

Los hijos de Sesita Vecoña destacaban ayer que la ausencia de reciprocidad entre Venezuela y España en materia de extradiciones puede llevar a que no se autorice el traslado de María Estela a Caracas, pues es una ciudadana española. "Sería terrible que el asesinato de mi madre, una ciudadana española en Venezuela, quedase impune por temas políticos", lamentaban.

Sesita Vecoña tenía 62 años y dormía en la habitación de unos de sus hoteles en Caracas cuando fue asesinada de dos disparos en el año 2008. Los dos sicarios fueron detenidos, así como el taxista intermediario. Todos delataron a Elisardo Alonso, el hijo mayor de la víctima, como inductor del asesinato de su madre: una muerte por encargo por la que iba a pagarles 10.000 euros. Elisardo Alonso fue detenido meses después del crimen y permanece en prisión a la espera de juicio. Estela González, por entonces todavía casada con él, viajó a España días antes del suceso y no volvió a Venezuela pese a las citaciones judiciales. Ahora residía en Francia, país al que no podrá regresar pues durante sus vacaciones en Vigo fue detenida y se le prohibe salir de España hasta que se resuelva si es extraditada o no como cooperadora de sicariato. El objetivo, según la familia, era hacerse con la herencia de los negocios hosteleros.