Arturo Domínguez Sebastiá, de 37 años y natural de la localidad ourensana de Padrenda está en prisión desde principios del pasado mes de julio por la muerte a tiros de su expareja, Beatriz Rodríguez y el nuevo novio de ésta, de 36 años, en el monte de A Telleira en Arbo.

Las dos víctimas fueron sorprendidas de madrugada en el interior de un coche en un momento de intimidad y no tuvieron escapatoria. Dos disparos de escopeta terminaron con su vida el pasado 3 de julio, si bien sus cuerpos no fueron localizados hasta el día siguiente. A ella el disparo le alcanzó de lleno en el rostro y quedó irreconocible.

Domínguez Sebastiá proclamó su inocencia ante la Guardia Civil y la juez de Ponteareas, pero acabó en prisión. Aficionado a la caza, en su domicilio se intervinieron numerosas armas para las que tenía licencia.

La mujer había dejado la relación con el acusado del doble crimen, con quien tenía una hija de 8 años, porque mantenían "discusiones constantes", según sus vecinos. Al enterarse de que la familia de la joven la buscaba pues no había regresado a su casa ni a su puesto de trabajo, Domínguez Sebatiá acudió a casa de los padres de Beatriz para preguntar si habían aparecido. Apenas unas horas después, tras el hallazgo del coche y los cadáveres, era detenido por el doble crimen.

"Yo no realicé los disparos, no quería hacerle daño a Beatriz, no había mala relación. Soy inocente", aseguró en el juzgado Arturo Rodríguez, que prestó declaración durante más de tres horas. Pero sus explicaciones no convencieron al fiscal y la magistrada, a la vista de los indicios existentes contra él y los informes de la Guardia Civil acordó su ingreso en prisión como presunto autor de un delito de homicidio/asesinato. El tipo de imputación está por definir, según fuentes judiciales, en función de que la investigación en marcha aclare si existió premeditación o el acusado seguía a su expareja y al encontrarla con su actual novio actuó sin planificación previa