"Eso simplemente no es verdad", fue la respuesta del cambadés acusado de abusar sexualmente de la hija de 12 años de su expareja. El hombre justificó la presencia de restos de semen en la ropa interior y el pijama de la víctima en que se limpiaba, después de masturbarse o mantener relaciones sexuales, con la ropa sucia de la cesta de la lavadora, en la que -según explicó- había tanto prendas de la niña como de la madre.

Fue lo que el acusado alegó durante el juicio que se celebró ayer en la Sección Segunda de la Audiencia de Pontevedra, contra este vecino de Cambados para el que la Fiscalía pide una condena de 12 años de prisión por un delito continuado de abusos sexuales sobre la menor.

El hombre negó los hechos y aseguró que la menor le denunció inducida por su madre, con quien el acusado mantuvo una relación entre finales de 2009 y abril de 2013, hasta que la acusación de abusos puso fin a la relación. El juicio se celebró a puerta cerrada.

Según el relato que plantea la teniente fiscal de Pontevedra, Carmen Novo, y la abogada de la acusación particular, este hombre se propasaba con la menor cuando ella acudía a su casa de Cambados para montar a caballo y algunos fines de semana se quedaba a dormir allí para poder acudir a rutas equinas, afición que ambos compartían y por la que se habían conocido.

La madre de la menor declaró que nunca había sospechado de los abusos, hasta que la niña le dejó una nota escrita. En ella le decía que el hombre llevaba violándola cuatro meses. Las forenses que examinaron a la menor y testificaron ayer aseguraron que la niña no presentaba lesiones vaginales derivadas de las supuestas relaciones, si bien había evidencias de que había mantenido prácticas sexuales. Además señalaron que su relato era coherente con la acusación y con las pruebas recabadas