La segunda jornada del juicio que se sigue en Pontevedra contra Miguel Sanmartín Argibay por la muerte de su novia, Isabel Pérez Fraga, en Marín el 26 de diciembre de 2013, tuvo ayer como protagonistas a los investigadores y a los forenses que realizaron la autopsia. Uno de ellos explicó a los miembros del jurado que el cuerpo de Isabel presentaba numerosas lesiones y contusiones, especialmente en la zona de la cabeza, lo que indica que sufrió "un ataque muy violento" .

Con todo, la forense que realizó la autopsia confirmó que la paliza que recibió la mujer no fue la causa última de su muerte, sino que esta se produjo por asfixia. Las lesiones que presenta en la boca y en el cuello así lo confirman, entre otras cuestiones. Las marcas sobre la piel y las heridas sufridas indican que el autor de la muerte presionó con mucha fuerza tapándole la nariz y la boca con una mano y con la otra le apretó fuertemente el cuello hasta el punto de causar daños en zonas internas del cuello.

También confirmó las lesiones que apuntan a que la mujer sufrió una agresión sexual con algún tipo de objeto el día de los hechos y que estas serían compatibles con los objetos (una botella de champán y un spray de un ambientador) que fueron hallados en el escenario del crimen con restos de sangre y biológicos que resultaron corresponder a la víctima. Los mismos objetos con los que el acusado, Miguel Sanmartín, reconoció el primer día del juicio haber introducido a la mujer en la vagina. Cabe recordar que también admitió al tribunal que la golpeó y el taponó las vías respiratorias, aunque aseguró que "no tenía intención de matarla" y que supone que actuó de esta manera "debido al estado en el que estaba". El acusado se refiere a la supuesta afectación que tenía de sus facultades debido a la ingesta de alcohol y tanto él como su letrada alegaron graves problemas de dependencia. No obstante, los forenses no encontraron evidencias.

Lo que tampoco pudieron determinar los forenses es si la agresión sexual se produjo cuando la mujer estaba todavía viva, como sostiene el fiscal, o acababa de fallecer.