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Tragedia en el corazón del Himalaya

Carlos Somoza, gallego en el Everest: "La montaña crujía y el gran temblor nos tiró al suelo"

Los montañeros pontevedreses Carlos Somoza y Luz Pazos caminan hacia el aeropuerto de Lukla -"Nos conmueve la solidaridad de esta gente" - La cifra de muertos supera los 2.500 -Exteriores intenta localizar a 150 españoles

Carlos Somoza, en el campo base del Everest que poco después fue arrasado por una avalancha.

"Estamos a salvo y bien. Tuvimos mucha suerte porque el temblor nos pilló bajando en una zona abierta y los desprendimientos fueron menores que si hubiéramos estado en un desfiladero", explica Carlos Somoza desde un aldea nepalí. El montañero de A Estrada vivió en pleno Himalaya el devastador terremoto de 7,9 grados en la escala de Richter que se registró el sábado pasado en Nepal y cuyo balance, todavía provisional, es de 2.500 personas fallecidas y 6.000 heridas. Numerosas réplicas siguen afectando la zona, y ayer una de ellas alcanzó los 6,7 grados.

Dos montañeros de la Federación de Pontevedra resultaron ilesos y ahora se dirigen andando hacia el aeropuerto de Lukla, considerado el más peligroso del mundo, en busca de una avioneta que les traslade a Katmandú, desde donde intentarán regresar a Galicia. El estradense Carlos Somoza, enfermero del PAC de Sanxenxo, se encuentra allí con su compañera de escalada la marinense María Luz Pazos, afincada desde hace tiempo en Pontevedra. Practicaban treking (senderismo) en el Himalaya cuando estalló el fuerte seísmo. Abandonaron el campamento base del Everest apenas unas horas antes de que una avalancha de nieve lo arrasara a causa del terremoto. Para María Luz esta es su primera expedición al Himalaya, no así para Carlos Somoza que repite experiencia.

"Llegamos el viernes al campamento base del Everest y habíamos caminado durante una hora, con intención de subir a un pico de 5.500 metros y pasar al otro valle entre glaciares, cuando decidimos cancelar la segunda parte del treking y bajar porque hacía muy mal tiempo y nevaba mucho. Regresamos por donde habíamos subido", relata Somoza. En este regreso, sobre las 11 de la mañana y a unos 4.000 metros de altitud les sorprendió el seísmo.

"La montaña crujía. Primero oíamos el ruído, después vimos caer las piedras y no sabíamos qué pasaba. Hasta que de repente el suelo se movió y el gran temblor nos tiró a los dos al suelo", recuerdan los montañeros pontevedreses atrapados en el seísmo.

Caminando bajaron hasta la aldea de Teriché. "Las construcciones estaban destruidas, sobre todo las más endebles, había mucho revuelo y pasamos allí la noche", narra Carlos Somoza. "Los helicópteros hoy -por ayer- han evacuado el campo base destruido por la avalancha. Vimos gente sangrando, heridos trasladados en camillas... Las noticias aquí corren de voz en voz. Pero impresiona la solidaridad de esta gente. El coraje y la filosofía que tienen es una pasada", añade.

Pero el gran seísmo no fue el único que padecieron. "Hay muchas réplicas, pero hoy -por ayer- hubo una casi tan fuerte como la del gran terremoto y nos pilló en una zona más angosta; en una ladera empinada y teníamos miedo a los desprendimientos de tierra. Intentamos bajar rápido hacia Lukla, que tiene un pequeño aeropuerto, en busca de una avioneta que nos lleve a Katmandú, me parece que salen dos al día, y desde allí intentar salir de Nepal. Esto ha sido un mal trago y estamos deseando marcharnos", apunta el montañero estradense.

Anoche se resguardaban en otra aldea y confiaban en poder recorrer hoy las nueve horas andando que les faltan para llegar al aeródromo, considerado uno de los más peligroso del mundo al estar situado entre montañas y tener un pista de apenas 450 metros.

Los dos montañeros pontevedreses son conscientes de que "ahora mismo en Katmandú hay muchas dificultades de alojamiento pues ha quedado derruida toda la zona turística". A través de sus familias se han puesto en contacto con la Embajada de España y confían en que se les gestione su salida del país de la forma más rápida. De momento quien no se ha puesto en contacto con ellos es la Federación, ni a nivel provincial (los dos montañeros pertenecen a la de Pontevedra) ni a nivel nacional. "Las comunicaciones son complicadas, tenemos que esperar a llegar a sitios con wifi para conectarnos, pero no tenemos ni un WhatsApp de ellos. Creo que el principal riesgo lo corren los montañeros que habían salido para coronar los 8.000 metros y los que estaban en el campo base", indica Somoza.

En cuanto a su regreso espera que sea cuanto antes: "Sabemos que mañana -por hoy- llega un avión español para trasladar a compatriotas, pero a nosotros no nos da tiempo a llegar. Nos tememos que los vuelos convencionales comerciales tardarán en reponerse y el nuestro era para el día 4 de mayo; esperamos poder regresar antes".

Por el camino han coincidido con dos montañeros asturianos, y otra pareja de Teruel. De momento no tienen problemas de abastecimiento de agua ni de comida.

22 muertos en el Everest

Al menso 22 montañeros fallecidos y 217 desaparecidos en la ruta de acceso al Everest. Estas son las cifras facilitadas ayer por el Gobierno de Nepal. El secretario adjunto de Turismo, Suresh Acharya, citado por medios locales, indicó que 32 personas han sido rescatadas en esa región y 29 están siendo tratados en el hospital en la localidad de Lukla, cercana al Everest. Según la información oficial la avalancha arrasó un punto de descanso de montañeros y guías. Al menos una decena de los fallecidos son extranjeros aunque hasta el momento no ha facilitado detalles. También hay 51 heridos, 41 de ellos en estado grave.

El Ministerio español de Asuntos Exteriores ha localizado a 169 españoles en Nepal de los 319 que se hallan en ese país entre residentes y turistas, informó ayer a los periodistas el jefe de la diplomacia española, José Manuel García-Margallo, que explicó que entre ellos hay un herido que sufre congelación en las manos y está llegando a Katmandú. Pero el ministro advirtió de que puede haber ciudadanos que figuren en el registro de viajeros y no hayan dado cuenta de su salida. Los residentes esporádicos son siete y ninguno está localizado, continuó el ministro, quien añadió que de los turistas hay 148 localizados y 105 que aún no lo están.

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