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Los interrogantes del accidente aéreo en Francia

La incógnita de caer a 18 metros/segundo

Expertos del Sepla y pilotos gallegos no descartan hipótesis: la despresurización rápida de la cabina que dejó inconsciente a la tripulación; pérdida de control en el vuelo o el secuestro

El presidente de BEA, la oficina de investigaciones de accidentes aéreos de Francia, Remi Jouty. // Reuters

La gran incógnita sin resolver desde que se estrelló el avión en los Alpes el martes con 150 personas a bordo es ¿por qué? La pregunta de qué pasó en la cabina 8 minutos antes del impacto es el eje central de las investigaciones. Otro de los misterios es que la tripulación no emitiese mayday (señal de alarma). De hecho, fueron los controladores aéreos los que decidieron declarar al avión en peligro ya que habían perdido el contacto. A la espera de lo que se investigue en la caja negra hallada -con audios de voces- y en la que todavía no se ha encontrado en las montañas -en la que figuran los datos técnicos del vuelo- expertos gallegos y del sindicato Sepla aseguran que la investigación se prevé larga y laboriosa.

Todas las conjeturas están aún abiertas para los expertos. "Hay muchas posibilidades", explica el vicepresidente del Sepla a FARO, Javier Gómez Barrero. Pero por su experiencia", este profesional apunta a una posible "pérdida de control en el vuelo" o a una "despresurización de la cabina". La primera de las causas citadas se produce cuando el avión recibe señales "falsas" de la condición de vuelo y comienza a perder sustentación y a caer.

Precisamente, algo similar ocurrió en un avión de Lufthansa que transportaba 109 pasajeros y que realizaba la ruta Bilbao-Munich. La aeronave estuvo a punto de caer el pasado 5 de noviembre por esta misma causa cuando se se encontraba a 9.000 metros de altura. Los pilotos se percataron de la situación y pudieron desconectar el piloto automático y tomar el control de la nave antes de sufrir un fatal accidente. No obstante, el experto del Sepla descarta un posible atentado en los motores.

Otra de las causas que podría explicar el accidente es que pudo producirse una despresurización de la cabina, ya que el A320 después del alcanzar los casi 12.000 metros de altitud, descendió a unos 3.300 metros, según los datos del radar. Esta circunstancia explicaría también la incapacitación de los pilotos. Cuando se produce una despresurización "explosiva" de la cabina; es decir, en unos segundos, el tiempo de reacción de la tripulación antes de perder la consciencia por falta de oxígeno es breve. Suelen registrarse por fallos o aperturas en el fuselaje del avión.

La hipótesis de que los sensores del avión podrían haberse congelado, transmitiendo datos erróneos al navegador, también cobra fuerza. Eso también podría explicar la brusca caída del aparato en unos pocos minutos. Teniendo en cuenta las bajas temperaturas en la zona en la que ocurrió el siniestro, no se descarta.

Los aviones A320 van equipados con sensores que analizan en todo momento la velocidad y la altura del aparato. Si detectan que la velocidad decae, el sistema informático reacciona inclinado su trayectoria para ganar velocidad. Se han dado casos, sin embargo, en los que las bajas temperaturas han congelado el sistema y han proporcionado datos erróneos a la tripulación sobre la auténtica velocidad y altura del aparato, haciendo ingobernable la aeronave.

Mientras, la pista fundamental sobre lo que pudo ocurrir apunta a un posible fallo técnico, según el diario alemán "Der Spiegel". El periódico apunta a que la compañía Lufthansa -propietaria de la aerolínea de bajo coste Germanwings- ya había constatado incidencias de este tipo en otros 10 aviones, lo que motivó en su día que se cambiaran los sensores en unos 80 aviones de tipo Airbus A321.

"Que el piloto haya quedado incapacitado, por la pérdida de presión en cabina y parcial de oxígeno, que suele provocar pérdida de consciencia es una de las hipótesis. Si no se usan pronto las máscaras, en cuestión de 15 segundos se podría producir inconsciencia; eso no quiere decir que te desmayes, pero no tomas decisiones adecuadas", añade un miembro del comité de seguridad del Sepla ayer reunido en Bruselas. La despresurización puede producirse por un error en las válvulas, por un fallo en el aire acondicionado -en los casos menos graves- o la "despresurización explosiva" antes citada, que se produce cuando se registra un agujero en el fuselaje del avión y registra una caída de presión muy brusca. Estos son los casos menos frecuentes, pero para los que "la tripulación está entrenada, cada seis meses en los simuladores para este tipo de procedimientos, por eso estamos tan extrañados ante lo ocurrido", inciden.

En junio del 2009, un avión Airbus A330 de Air France se estrelló en el océano Atlántico con 228 personas a bordo. La investigación final concluyó que la causa del accidente fue precisamente la congelación de los tubos 'Pitot' que indican la velocidad de la nave, lo que provocó que la tripulación recibiera datos erróneos y no se percataran que se dirigían hacia el agua.

"Es importante conocer cuanto antes qué dicen las cajas negras del motivo del accidente", asegura Javier Gómez Borrero, "también para que los pilotos abandonemos la incertidumbre a la hora de volar y, sabiendo las causas, conozcamos cómo debemos actuar si se repite", asegura.

Javier Gómez Barrero - Vicepresidente SEPLA

"Pudo ser una pérdida de control en el vuelo, como ocurrió en el Bilbao-Berlín"

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