Nueve meses de prisión por simple forcejeo. Esta es la pena que se pidió ayer para el propietario del bar Miami de Ferrol, detenido el martes pasado con los pantalones bajados cuando supuestamente trataba de violar a su empleada y le tapaba la boca. Tanto el acusado como la mujer negaron la versión policial, asegurando que no habían sido pareja y que mantenían una relación esporádica. Ambos quitaron importancia a lo ocurrido, negaron que él quisiera agredirla sexualmente y sólo asumieron que tuvieron un forcejeo.

El fiscal sostiene que hombre golpeó a la mujer, que presenta hematomas en piernas y brazos y le imputó un delito de lesiones leves. También le acusaba de un presunto delito de atentado porque se enfrentó con un cuchillo a los agentes de la Policía Local que acudieron al establecimiento cuando un ciudadano alertó de que había una mujer que pedía auxilio en el interior del bar, cerrado al público. Los agentes creen que la mujer puede tener miedo al hombre.