El exmilitar Bruno Mouriño Pena confesó ayer en la Audiencia Provincial de Pontevedra que retuvo atada a su pareja durante 25 horas en el domicilio de ambos en Vigo mientras la violaba de forma reiterada. El acusado aceptó 15 años de prisión, uno menos de los propuestos inicialmente por el fiscal. Este hombre ya cumple condena por una violación posterior a una mujer a la que contrató para limpiar el piso.

Los hechos se remontan a octubre de 2012. El acusado, relata la Fiscalía, retuvo a su mujer en una habitación del piso en el que vivían en Vigo, le enrolló el cuerpo con cinta de embalar y la violó nueve veces. Cuando esta situación ya se prolongaba un día, ella le preguntó si pensaba soltarla, a lo que él respondió: "No, te voy a ahogar en la bañera, tu bolso lo he tirado a la basura, cuando estés muerta te voy a cortar en trozos, te voy a meter en el congelador y te voy a ir tirando poco a poco en el contenedor". Poco después, la liberó, prolongándose el sufrimiento 25 horas.

Bruno Mouriño reconoció la autoría de los hechos y también que durante los nueve años que duró su relación con su esposa y madre de sus dos hijos la maltrató. Por todo ello asumió 15 años de prisión por los delitos de maltrato habitual, maltrato físico, amenazas leves y detención ilegal en concurso con un delito continuado de violación.

Nuria Llarena Pérez, abogada que defiende a la víctima, explicó que se sumaron al acuerdo al que ya había llegado el acusado con el fiscal porque "no tenía sentido que ella volviese a revivir todo". Además, el procesado ya tiene una condena previa de 14 años. La abogada matizó que un punto en el que no cedieron fue en el de la orden de alejamiento. Así, una vez salga de prisión no podrá aproximarse a 500 metros de la víctima ni comunicarse con ella durante 19 años y medio.

Amenazas

El día del secuestro, el exmilitar obligó a su entonces pareja a permanecer en una habitación de la casa mostrándole un cúter y diciéndole: "Como hagas algún movimiento te mato". Le enrolló todo el cuerpo con una cinta de embalar, la acostó en la cama y se fue para encargarle a la vecina que se hiciera cargo de los niños porque su esposa estaba enferma. A partir de ahí empezaron las 25 horas de sufrimiento, en la que el acusado violó a la víctima varias veces.

A mediodía y después de indicarle a la víctima que no acudiría al lugar de trabajo, ésta preguntó al acusado si la iba a soltar, a lo que él contestó con graves amenazas de muerte. Según confesó, el plan del procesado era decir a todo el mundo que la víctima se "había ido con un hombre rico" y que había "dejado tirados" a sus hijos. Pocos días después, según el fiscal, el procesado le mostró a la mujer una cinta de embalar, simulando querer usarla, para luego decirle: "tranquila no te voy a hacer nada". A consecuencia de los hechos, la víctima sufrió estrés postraumático. El acusado deberá indemnizarla con 20.000 euros.