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Les imputan cuatro delitos que suman 36 años de prisión

La Policía cree que fue la madre del niño quien lo amortajó con la chilaba tras la paliza mortal

La mujer, que insiste en que se enteró de la muerte de su hijo tras ser detenida, ingresa en la cárcel

El gallego David Fuentes.

Los agentes de la Policía Nacional que investigan el asesinato del pequeño Imran tras una paliza que supuestamente le propinó la pareja de su madre en el piso que los tres compartían en Oviedo, están convencidos de que las pruebas refutan la versión de la madre, Fabila C., de 21 años, y de su novio, David Fuentes, de 33. Ayer, ante la juez que instruye el caso y antes de ser enviada junto a su pareja a la prisión de Villabona imputada por un rosario de delitos, que les pueden suponer una condena de hasta 36 años, ratificó la declaración que realizó el miércoles en la Comisaría de Oviedo. En ella aseguró que conoció la muerte de su pequeño -en uno días cumpliría 21 meses- cuando fue detenida junto a su novio en León y que estaba convencida de que Imran se encontraba en Galicia junto a unos parientes de su novio, natural de la localidad coruñesa de Cambre.

El informe forense recoge que la chilaba con la que el niño apareció vestido junto a una maleta en las vías del tren que unen los apeaderos de Feve le fue colocada cuando ya era cadáver, lo que hace sospechar a la Policía que quien realmente amortajó al pequeño fue su madre. Esto "tumbaría" la versión de la mujer, que ayer en el Juzgado de Instrucción número 3 de Oviedo, abundó en su inocencia. Las pruebas forenses también contradicen la declaración realizada ante la Policía por David, que exculpa de lo ocurrido a la chica pero que asegura que el pequeño murió de forma accidental "de un mal golpe". Según el informe pericial Imran habría muerto tras sufrir un importante giro de cuello.

El día de ayer para la pareja comenzó pronto -fugados después del crimen (se produjo el pasado viernes 31 de octubre) a León, para sobrevivir y costearse su adicción a las drogas habían comenzado a robar y a prostituirse- tras entregarse el pasado martes ante el cerco policial. Sobre las diez de la mañana David y Fadila fueron trasladados de los calabozos de la Comisaría a los juzgados. Allí, primero él y luego ella, estuvieron declarando hasta pasadas las cuatro de la tarde en presencia de la juez responsable de Instrucción 3, Begoña Fernández, sus abogados y el representante de la Fiscalía.

De allí salieron hacia prisión imputados por un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento (de 20 a 25 años de cárcel), un delito de lesiones (de 2 a 5 años de cárcel) y otro por maltrato habitual (de 6 meses a 3 años). Además, a David se le imputa un delito de robo con fuerza (de 1 a 3 años de cárcel) debido a la denuncia que pesa sobre él por supuestamente robar herramientas del taller mecánico del barrio de la Tenderina en el que trabaja. De esta forma, Fadila C. se enfrentaría a 33 años de cárcel y su pareja a 36.

Ante la gravedad de los hechos la Fiscalía solicitó que la pareja fuera enviada a la prisión de Villabona sin fianza y con posibilidad de comunicarse con el exterior, por lo que desde su entrada en el centro penitenciario podrán recibir visitas tanto de sus abogados como de sus amigos y familiares.

Al término de los interrogatorios, la juez mantuvo el secreto del sumario, que estableció durante un mes el pasado día 4. Está previsto que hoy levante el secreto de las actuaciones una vez que la Policía ha recogido todas las pruebas y testimonios necesarios y que David Fuente prácticamente se haya inculpado de todo lo sucedido, a pesar de algunas contradicciones que los agentes encuentran en los testimonios.

La abuela materna y una tía del pequeño asesinado viajaron de Málaga a Oviedo "para ver a su madre aunque sólo sea un momento". Creen la versión de Fadila, que su pareja le ocultó al muerte del niño y le dijo que estaba en Galicia.

Fadila pide despedirse del cadáver de su hijo

  • Lágrimas, indignación, expectación y latigazos de cruda realidad. Éste es el cóctel de emociones que ayer se respiraba a la puerta y en el interior de los juzgados de Oviedo. En la cuarta planta Fadila C. y David Fuentes daban ante la juez su versión de lo ocurrido con Imran, el hijo de la chica que falleció supuestamente en el piso que ambos copartían tras recibir una brutal paliza del novio de su madre. "Está abatida. Todo el tiempo decía que quería ver a su hijo para despedirse de él", explicaba ayer la letrada, que junto a la madre y una hermana de Fadila ya ha solicitado en el juzgado que les sea entregado el cadáver. Una de las condiciones que seguramente pongan los responsables de la investigación para acceder a la petición de la familia será que no sea incinerado. De esta forma se podría hacer una segunda autopsia en el caso de que fuera necesaria. Mientras, la letrada afirmó que su representada "insistió en su inocencia" durante la declaración en el juzgado. Dado que su pareja se inculpa de lo sucedido, González no entendía ayer porque Fadila ha sido enviada a la prisión de Villabona. "Nos parece injusto", señaló. Y abundó: "No hay indicios de que tuviera conocimiento de los delitos que se le imputan". Por este motivo González anunció que recurrirá la prisión provisional. El primero en declarar fue el coruñés David Fuentes, que en palabras de su abogado, Eduardo Rueda, "está arrepentido, dolido y anímicamente destrozado" por lo ocurrido, y que "asume la responsabilidad de todo lo ocurrido en descargo de ella". Ya anteayer durante su declaración ante la Policía Nacional en la Comisaría de Oviedo David rompió a llorar en varias ocasiones mientras relataba el suceso. Ayer la historia prácticamente volvió a repetirse. "Sigue hecho polvo y cuando recuerda todo lo ocurrido se viene abajo. Está destrozado. Pero ha sacado fuerzas para contestar a todo lo que se le preguntó", insistió Rueda. Una de las líneas de defensa que podría esgrimir el letrado de David F. V. podría pasar por su adicción a las drogas. Asegura que es un politoxicómano que a los 16 años comenzó a drogarse para acabar con el tiempo enganchado a la cocaína. Esta adicción le llevó a pasar por un programa de desintoxicación durante un año del que pareció salir recuperado, pero poco después recayó. Estos problemas acabaron alejándose de sus familia, con la que hace años que no tiene relación.

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