"Solo quiero pedirles un único favor, que le dejen en libertad. Lo único que tengo es a él, yo no tengo a nadie, estoy sola y muy debilitada por eso solo les pido que le dejen en libertad". Así, entre sollozos, una mujer viguesa suplicaba de forma drmática ayer a los magistrados de la Sección Cuarta de la Audiencia de Pontevedra que dejasen en libertad a su marido, Juan P. L., quien supuestamente la intentó matar el 3 de octubre del pasado año en el domicilio que ambos compartían en la calle Ecuador de Vigo.

El acusado, en prisión preventiva por estos hechos, se enfrenta a una petición de condena de 11 años de cárcel por parte del Ministerio Fiscal quien le imputa un delito de asesinato en grado de tentativa. En el juicio celebrado ayer, la fiscal Carmen Novo se quedó sin una importante prueba para sostener su acusación contra este vecino de Vigo al negarse la víctima a declarar en su contra, acogiéndose a un derecho que le garantiza la ley.

La mujer entró en la sala caminando con dificultad, ayudándose con un bastón, se sentó y pidió que la dispensasen de declarar al tiempo que les rogaba que dejasen en libertad a su presunto agresor. "Todos merecemos el perdón", dijo.

La fiscal, no obstante, decidió mantener su acusación convencida de que la mujer se niega a declarar por miedo o por la dependencia que padece del acusado. Decidió mantener su acusación en base a la declaración del presunto agresor, quien reconoció que esa noche llegó al domicilio y tiró a su mujer de la cama, pero nada más. Del resto de lo que sucedió dice que no se acuerda, dado que regresó a su domicilio con unas cervezas de más.

"Sé que fui yo, le di un pequeño golpe y la tiré de la cama", pero lo sucedido después dice que se borró de su mente. "No sé como se me dio por ahí", dijo, al tiempo que reconoció a la fiscal que ya tuvo anteriormente "algún pequeño cachondeo" con su mujer, "discusiones" -aclaró- , pero sin llegar a las manos, o al menos eso aseguró él.

A preguntas formuladas por la fiscal dijo no recordar que la hubiera intentado asfixiar, ni que la hubiera golpeado hasta perder mechones de pelo o hacerla sangrar, como sospecha la Fiscalía.

La representante del Ministerio Público también sostiene su tesis en base a las declaraciones realizadas ayer por los policías nacionales que esa noche acudieron al domicilio de la calle Ecuador alertados por una vecina y por una llamada del acusado.

Todos los agentes explicaron que, una vez allí, se encontraron con el acusado en el portal del edificio. Su mujer estaba arriba, refugiada en el piso de una vecina (hoy tampoco compareció nadie más para declarar como testigo salvo los agentes).

"La mujer tenía la cara hinchada y ensangrentada", explicaron los policías. Todos ellos coincidieron al señalar que la víctima les reconoció entonces que su marido la había golpeado y que la había intentado "asfixiar con un trapo" que le puso en la boca. Un objeto que requisaron y aportaron como prueba al procedimiento.

Uno de ellos también comentó que la vecina les manifestó que momentos antes había oído una discusión en el piso del matrimonio y que reconoció al acusado por su voz. En el dormitorio los policías se encontraron con manchas de sangre en la cama y mechones de pelo tirados por el dormitorio. Tampoco había signos de que nadie ajeno al piso hubiera forzado la cerradura. Otro agente manifestó que no le parecía que el acusado estuviese bajo los efectos del alcohol.

Por último, declararon los forenses. Destacaron que la víctima padecía policontusiones, entre ellas una en un ojo "compatible con un puñetazo" y otras en la zona de los labios y la boca que también son "compatibles" con el intento de asfixia con un trapo que, aseguran, la propia víctima les relató.

Pena alternativa

La fiscal mantuvo al concluir la vista su petición de 11 años de prisión para el acusado por intento de asesinato pero introdujo una pena alternativa de un año de cárcel por un delito de maltrato y la prohibición de acercarse a la víctima por tres años en el caso de que el Tribunal desestime la petición inicial de asesinato en grado de tentativa.

La defensa del acusado, por su parte, reclama la libre absolución, de su cliente o en su caso una condena sólo por maltrato o, de apreciar la culpabilidad por intento de asesinato, que la pena sea de tan solo 6 años de cárcel. El caso quedó visto para sentencia.